"Elijo el personaje que me atrae"

Carlos Hipólito (Madrid, 1956) es uno de los actores españoles más prolíficos, habitual de las tablas del teatro, donde ha cosechado éxitos como El método Gronholm, y de las pantallas de cine (candidato a un Goya por su trabajo en Historia de un beso). Ahora brilla en TVE-1 con Desaparecida (miércoles, 22.00).

Pregunta. ¿Está contento con el arranque de la serie?

Respuesta. Mucho, desde luego; pero lo que más contentos nos tiene es que la reposición del primer capítulo superó aún más la cuota de pantalla. Eso me hace pensar que ha funcionado mucho el boca a boca y que hemos despertado el interés de los espectadores.

P. ¿Qué aporta esta serie al panorama televisivo?

R. Eso de aportar me suena un poco grandilocuente. Queremos hacer un buen producto, entretenido y digno. Apostamos por una historia "extraña", porque es dramática, y ahora abundan las comedias. No es una serie de género, pero tiene elementos policiacos, es ficción pero habla de hechos lamentablemente reales. Si eso es aportar algo o no, habrán de decirlo otros.

P. Aun antes del estreno, se ha hablado de oportunismo e incluso de morbo.

R. Inquieta, la verdad. Afirmaciones de ese tipo... aunque quizá todos caemos en ello alguna vez. El producto se defiende por sí solo. Sería tremendo apostar por el morbo en un tema tan terrible. La serie se centra en el lado humano, en lo que no vemos cuando se van las cámaras de los periodistas y los policías.

P. Su personaje destaca por su humanidad. ¿Se ha acercado a algún caso real?

R. Es un personaje de ficción, inspirado en multitud de casos. Ahora bien, me daría un gran pudor acercarme a alguien que sufre una situación como esta. Sería muy frívola una intromisión para decirle que me abra sus sentimientos porque estoy preparando un personaje. En cualquier caso, si los personajes de la serie parecen humanos es gracias a unos estupendos guiones; los personajes ya están en el guión y los actores les ponemos carne, sangre y voz.

P. Es su primer protagonista en televisión. ¿Cómo lo asume?

R. Es muy enriquecedor, pero implica un esfuerzo enorme. En cine trabajas ocho o nueve semanas, pero esto exige mucha presencia en el plató. Me lo planteo como si estuviera rodando una película de 12 horas. La serie se rueda como si fuera cine, con mucha atención a los planos, a la iluminación...

P. ¿Compensa dejar proyectos y dedicar tanto tiempo a uno?

R. Ahora sí. En el teatro he estado con El método Gronholm tres años, ya he cubierto mi lealtad hacia ese proyecto. La serie me ha llegado de una manera casi milagrosa. Yo elijo el personaje que me atrae, sin pensar en el medio. Eso sí, en televisión, si sale bien, tienes más repercusión, pero si sale mal...

P. Tras tantos años de carrera, usted no es un actor popular. Pero sí con mucho prestigio. ¿Le llega, lo percibe?

R. No sé... lo del prestigio es relativo, no sé lo que es... Siento el cariño de los compañeros, que es lo más importante, pero nunca me he planteado mi trabajo en términos de carrera, no tengo noción de trayectoria, todo eso es anecdótico.