Zapater dirige a un Zaragoza letal

Se recompuso a tiempo el Zaragoza de la zozobra que le atiza en las últimas fechas, de los líos de vestuario, para derrocar con solvencia al Villarreal, versión pirateada de la que sonrojó al Barça en la jornada anterior. Ausentes los falsos interiores, D'Alessandro y Aimar, el juego exterior recobró importancia en el Zaragoza, donde Zapater, mandamás del centro del campo, hizo jugar a todos al tiempo que desestabilizó al Villarreal.

Víctor Fernández propuso el mismo sistema táctico pero con variaciones de peso. Sobre todo en los costados, donde se ubicaron Óscar y Sergio García, que no se desapegaron por obligación a las bandas y menos se escondieron a la hora de defender. Un detalle que liberó a Zapater, hastiado hasta la fecha en cubrir huecos vacíos. Fue la clave.

El Villarreal inició un ejercicio correcto en defensa pero poco incisivo en ataque. Compacto a la hora de cerrar espacios, apretujaba las dos líneas en apenas 30 metros. Una táctica que dificultó la construcción del Zaragoza hasta que Zapater se rebeló y el Villarreal se hundió.

Sin más tarea que cubrir su parcela, Zapater se salió en ataque porque Luccin le cubrió las espaldas y le liberó. Zapater optó por repartir con equidad el balón hacia las bandas, o, descarado, por internarse por los costados. En esas, Sergio García recibió en la banda y sacó el cuero a Zapater, que centró pegado a la cal. En el punto de penalti, Oliveira peleó el cuero y lo ganó para batir a Viera.

Aturdido el Villarreal, de poco le sirvió sacar a Rossi y asustar con dos delanteros. Entre otras cosas, porque Bruno regaló infantilmente un balón en el borde del área que lo recogió Diego Milito y que aprovechó Óscar. Doble losa para el Villarreal, que ya no levantó cabeza. Diego Milito, de penalti, y Sergio García, a pase precioso de Óscar, pusieron la puntilla antes de que Pirés marcara el gol del honor. Lesionado, Zapater se marchó al tiempo que La Romareda se puso de pie.

Zaragoza 4 - Villarreal 1