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Reportaje:

El nuevo clamor de Dios

Iglesias cristianas tradicionales de aspecto moderno crecen en Valencia entre inmigrantes, música de salsa y pop

"Te amo", canta en plan rock una mujer agradable, con una guitarra acústica, un domingo en una planta baja bien acondicionada de Valencia, poco antes de las siete de la tarde. El ritmo es fuerte pero llevadero.Decenas de personas de distintas edades y países la escuchan con la atención del fan. Cierran los ojos, alzan los brazos, se entregan. Muchachos que tocan ña batería, guitarra eléctrica, bajo y teclados acompañan a la cantante. Es algo distendido, acogedor, pero no es una actuación sólo para divertir. "Te amo, mi señor" se dirige a Cristo.

Cindy es de Texas (EE UU), pero hace tiempo que vive en Valencia. Su marido, también americano, se presenta de forma muy cordial como Pablo, el pastor de la congregación. Ambos impulsan la Iglesia Evangélica Encuentro Cristiano, orientada -de forma insólita aquí- a un público joven y universitario, aunque abierta a todo aquel que se acerque. "Aquí está mi vida, como una ofrenda para tí", canta Cindy. La letra, se proyecta en la pared a través del power point de un PC para que puedan seguirla todos los miembros de "la reunión". El objetivo: "Queremos desarrollar la vivencia del cristianismo clásico, a través de formas actuales", explica Pablo.

Por esto las canciones que Cindy compone abrazan la llamada "música de encuentros", "música cristiana" o "rock cristiano". El rock cristiano en EE UU tiene una gran preeminencia y legiones de aficionados. En manos de Cindy y de otros músicos feligreses se convierte en Valencia en una manera de acercarse a la gente. "Una de nuestos músicos trabaja en la Orquesta del Palau de les Arts", apunta Pablo. Bajo ese nivel, late una creencia densa y tradicional. "Estamos de acuerdo con el creacionismo", añade, en referencia a que según la Biblia Dios creó al humano como es. "Un pastor de nuestra iglesia está realizando una tesis doctoral sobre este tema", apunta. "Creemos que el Espíritu Santo está presente en cada uno y que, por ello, podría darse el don de lenguas, la sanación y el milagro en una reunión. Pero no es algo cotidiano, sino excepcional", explica. Encuentro Cristiano se muestra contraria al aborto, pero apoya los métodos de planificación familiar dentro del matrimonio, algo que niega el Vaticano.

"Somos parte de Valencia, nuestros hijos son españoles", explica Cindy, "y a nuestras reuniones acude bastante gente de aquí, pero también estudiantes Erasmus, de Inglaterra, EE UU, América Latina, Italia, Bélgica". Las reuniones se financian con las "ofrendas" de los fieles, aunque el matrimonio recibe un sueldo desde EE UU por extender la iglesia. "Este es nuestro trabajo. Y en 2008 iremos a desarrollarlo a Madrid", resume Pablo.

Omar es puertorriqueño, toca la batería en las reuniones de esta iglesia. Antes pertenecía a otra iglesia evangélica, pero se casó con una miembro de Encuentro Cristiano, se cambió de culto. A su lado está su amigo, Edu, es argentino y miembro de otra iglesia evangélica. "La de Edu suele brindar más música latina, porque es lo que más les llega a sus miembros", apunta Omar. En países como Guatemala México o Brasil, el evangelismo es un fenómeno. Más allá de Sudamérica, hay que contar también con su expansión en Europa, incluida la del Este, y África. Con la llegada de inmigrantes de diferentes países a la Comunidad Valenciana, los viajeros buscan cultos que les recorden a los que celebraban en sus países de origen. Por ello, se han instaurado nuevas iglesias protestantes o, en ciertos casos, se han readecuado las que había para los nuevos fieles multinacionales -muchos de ellos jóvenes- que están propiciando un estallido evangélico que recuerda al que años atrás afectó al pueblo gitano español.

Iglesias como la valenciana Rey de Reyes promocionan en CD los cantos a Dios en una versión salsa y pop, lanzada por el salmista Tony Selma; muchas ofrecen el seguimiento del culto con imagen y sonido a través de Internet. Los fieles como Omar lucen imagen de calle y modernas camisetas de Jesús, que pueden conseguirse en tiendas de ropa urbana o a través de la red, en sitios web como el de la distribuidora Pan de Vida. El fondo de esta fe evangélica se muestra sobrenatural, literalmente bíblico, pero la forma es multidisciplinar y participativa, alejada del hieratismo católico, de su rigidez litúrgica. Esto ayuda a explicar que en 2006, según datos de la Federación de Entidades Evangélicas (Ferede), hubiera 12.000 conversos en España. En 2005, el Consejo Evangélico de la Comunidad Valenciana tuvo constancia de unos 7.500 fieles activos, sin añadir los inmigrantes que ya venían con esta fe. La cifra global real ha de ser, por tanto, otra mayor. De hecho, cuando la entidad Ferede dice que en todo el país hay ahora mismo 1.200.000 evangélicos, aclara que 800.000 "son ciudadanos comunitarios y extracomunitarios residentes en España".

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'Cruzados' en busca de jóvenes

Hay entidades en Valencia que no forman parte de una iglesia determinada, como la orden Misioneros Apostólicos de María Inmaculada, vinculada años atrás a los más desfavorecidos del pueblo gitano, y recientemente a los inmigrantes a través del único albergue que hay en la capital. Sin embargo, en 1983, el vicario general Vicente Ferrando publicó en el boletín oficial del Arzobispado de Valencia que esu Ricardo Subirón, "ejerce funciones sacerdotales sin las licencias eclesiásticas correspondientes". Además de que había sido "ordenado de forma irregular y relacionado con El Palmar de Troya", orden calificada como secta con Papa propio en Sevilla y vinculado a irregularidades y alguna mutilación. Pero hay una repuesta de la Iglesia católica a todo esto basada en el impulso de movimientos de seglares -a la manera protestante- que aporten un regeneracionismo duro y seco de la fe bajo una apariencia participativa. Aparte del Opus Dei y el Camino Neocatecumenal, a Valencia ha llegado Renovación Carismática, Comunión y Liberación o Legionarios de Cristo y los llamativos y presentes Heraldos del Evangelio, que visten un hábito como el de los cruzados muy centrados en "la formación de la juventud". Aunque aún no tienen el nuevo hálito popular, que es la marca del actual evangelismo.

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