La alta rotación de plantillas obliga a 16.000 docentes a cambiar de centro

"Cuando una persona no se encuentra bien, va al médico y le hacen las pruebas diagnósticas necesarias para hallar el origen de su malestar", resume la profesora Inma Sánchez. En el sistema educativo valenciano no existe tal diagnóstico. Sin embargo, la falta de planificación con una visión de conjunto a años vista hace que cada verano 16.000 docentes en expectativa de destino [de una plantilla de 53.000 empleados de la Consejería de Educación] cambie de centro, en función de la adjudicación de las vacantes". El impacto de esta "alta rotación de docentes" repercute, pues, directamente en la organización de los centros y, por ende, en calidad de la enseñanza. "Es difícil con este sistema que reproduce cada verano la consolidación de equipos directivos y la generación proyectos pedagógicos innovadores", remata Sánchez.

"No se puede permitir otro año más que haya poblaciones como Elche (con 446 vacantes sólo de primaria), Torrevieja (275) u Orihuela y sus pedanías (con 244 vacantes). Es inadmisible esta radiografía de la provincia de Alicante, donde por falta de planificación hay colegios enteros donde el 90% del profesorado es nuevo cada curso". La provisionalidad extrema se da también por especialidades que no salen a concurso público como: Pedagogía Terapéutica con 594 docentes desplazados en julio pasado, y Audición y Lenguaje con otros 336.

Un área donde la situación es aún más "intolerable" si cabe, ya que son los profesores que atienden fudamentalmente a alumnos con Necesidades Educativas Especiales. "Con el actual sistema, no es raro que un alumno con NEE haya tenido 3 o 4 terapeutas o varios profesores de audición. Conozco casos, incluso, donde un niño ha tenido hasta 6 terapeutas distintos durante la primaria: uno por curso".

La inestabilidad es, además, especialmente sangrante "en todas las áreas de la compensación educativa": desde las Aulas PASE (para inmigrantes) como en los programas PAE (de refuerzo para alumnos menos aventajados). "Es curioso ver cómo Monóver tiene 3 aulas PASE; mientras Elche y pedanías -con un alto índice de inmigrantes y desfavorecidos- sólo pudo solicitar 1 aula PASE, porque el equipo directivo no puede solicitar en junio un proyecto educativo de centro sin saber aún con qué personal tendrá en septiembre". Esta es otra disfunción del sistema: el desajuste entre la fecha de las adjudicaciones y la solicitud de programas.

Pero, la cosa no acaba ahí. Las características de algunas "especialidades a tiempo parcial" en Secundaria (como Matemáticas, Lengua Castellana, Economía o Dibujo) "al ser plazas compartidas entre varios centros -con la dificultad añadida para cuadrar los horarios- hace que algunas vacantes no se oferten en julio hasta cerrar los grupos en septiembre, con lo el alumno comienza el curso sin estar cubiertas". Ni qué decir, del impacto de esta gestión en las plazas itinerantes de los Colegios Rurales Agrupados (CRAs) -claves para la sostenibilidad de las comarcas del interior- donde además de trabajar en condiciones climáticas y geográficas adversas, "la itinerancia no puntúa en los concursos de traslados para obtener destino fijo, al no estar catalogados como puestos de especial dificultad".