Confort y suavidad
El 308 mantiene la base mecánica del 307 mejorada y ofrece un comportamiento similar con un confort y suavidad superiores que aumentan la comodidad y la sensación de calidad. La carrocería es más larga, baja y estilizada, y se aprecia en el interior, que tiene menos altura y los asientos más bajos, aunque se pueden subir para disfrutar su buena visibilidad. Puede incluir opciones como sensores de aparcamiento y regulador y limitador de velocidad, de serie desde el acabado Sport y muy práctico en los viajes. Y las versiones 1.6 HDi y las que montan llantas de 15 o 16 pulgadas equipan neumáticos Michelin Energy Saver, que reducen un 20% el rozamiento, 0,2 litros el consumo y cinco gramos por kilómetro las emisiones (una tonelada menos de CO2 en la vida del coche).
Un turbodiésel eficiente
El nuevo Peugeot se vende con tres turbodiésel, pero el 1.6 HDi de 110 CV de la unidad de pruebas ofrece un buen compromiso entre precio y prestaciones frente a la economía del de 90 CV, que emite sólo 120 g/km (en enero no pagará impuesto de matriculación), pero se queda justo para este coche.
Este motor no impacta por su nervio, pero acelera con una potencia constante en todas las revoluciones, mueve bien el peso y mantiene buenos ritmos de crucero sin quedarse en las subidas. Es también elástico a bajo régimen, porque se recupera desde 1.500 vueltas, evita reducir a menudo en ciudad y resulta muy cómodo en tráfico urbano. Pero el cambio de cinco marchas se queda justo en autopista, y se echa en falta la sexta para viajar a un régimen más desahogado con un consumo y una sonoridad inferiores.
A pesar de este detalle, es silencioso y ofrece unas prestaciones correctas para circular a buen ritmo en cualquier trazado, sea llano o accidentado. Y los consumos son mínimos: puede bajar de seis litros en conducción suave y apenas pasa de siete en ciudad y estirando las marchas.
Un coche muy cómodo
La mayor rigidez y anchura del 308 y la evolución de las suspensiones mejoran la estabilidad frente al 307 y aportan un confort y una suavidad sobresalientes en coches de su tamaño. Sorprende lo bien que filtra las irregularidades y ofrece un comportamiento eficaz y seguro: es estable y consistente en zonas viradas, y transmite mucha seguridad y aplomo en trazados rápidos y autopistas. La dirección variable aporta un tacto muy preciso, y sorprende el neumático ecológico Michelin Energy Saver, que reduce el rozamiento sin sacrificar el agarre y el confort, algo muy meritorio.
Y tanto los frenos como el ABS paran bien con un tacto y una potencia notables.
El 308 es un coche estable que se conduce con el mínimo esfuerzo, obedece al volante con docilidad y precisión, y hace sentirse a gusto y seguro enseguida. Sólo el ESP, opcional (550 euros) salvo en el acabado alto GT, empaña un conjunto muy logrado.
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