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Reportaje:Jeep Patriot

Un Jeep más compacto y asequible

El Patriot es la última entrega de la ofensiva de Jeep en Europa, que ha lanzado cinco modelos nuevos en poco más de un año: Grand Cherokee, Commander, Compass y Wrangler de dos y cuatro puertas. Sin embargo, al contrario que los cuatro primeros, el recién llegado no es el clásico Jeep con reductora preparado para superar las zonas más difíciles en el campo. Se trata más bien de un 4×4 ligero (chasis de turismo y cambio sin reductora) que busca competir con los Toyota RAV 4, Nissan Qashqai y otros modelos similares pensados para circular en asfalto. Su concepción mecánica refleja los gustos europeos: sólo se vende con un turbodiésel de VW y cambio manual de seis marchas, y el equipo de serie en seguridad incluye cuatro airbags y sobre todo el control de estabilidad ESP, hasta hace poco casi desconocido en Estados Unidos. El nuevo Jeep ya está a la venta con unos precios ajustados y relativamente asequibles, desde 25.840 euros, y cuesta unos 5.000 euros más que un familiar compacto (León, Astra...) con un tamaño y motor equivalentes.

Se llama Patriot, y es un todoterreno con la imagen poderosa de la marca norteamericana y una mecánica adaptada a los gustos europeos. Se vende con un motor 2.0 turbodiésel de VW, tracción 4×4 y ESP de serie a precios ajustados: desde 25.840 euros.

Imagen de todoterreno clásico

El Patriot mide 4,41 metros de largo y es una variante de su hermano el Compass vestida con un traje más serio y diferente (ver recuadro inferior). Así, el nuevo Jeep presenta un frontal muy cuadrado con la parrilla de siete barras de la marca casi vertical y unos ángulos muy marcados en todas las esquinas. En cambio, su hermano tiene una imagen más moderna y liviana de trazos suaves y redondeados que recorren toda la carrocería. Pero mientras el Patriot se dirige a compradores con gustos clásicos, en su mayoría masculinos, el Compass busca un público más urbano y femenino que valora la seguridad que aporta la altura al suelo de estos coches al circular en ciudad.

Por lo demás, el interior es prácticamente idéntico en ambos modelos (ver recuadro derecho), y ofrece unas plazas correctas delante y detrás, y un maletero algo justo, pero fácilmente ampliable.

Motor único y dos acabados

El Patriot sólo se vende con el motor 2.0 TDi de VW (140 CV) y un cambio manual de seis marchas. Está disponible en dos acabados, Sport y Limited (25.840 y 27.000 euros), pero las diferencias entre ambos se reducen casi a detalles decorativos. El equipo de serie incluye en los dos casos cuatro airbags (frontales y de cortina), un ABS especial para el campo que detecta y se adapta a los firmes irregulares, ESP con función antivuelco, tracción 4×4 con bloqueo de diferencial central, aire acondicionado, radio-CD, cuatro elevalunas eléctricos y llantas de aleación de 17 pulgadas. El Limited añade control de velocidad, antinieblas y más detalles.

La tracción 4×4 Freedom Drive 1 es automática. Así, el Patriot funciona en tracción delantera cuando circula en asfalto, pero pasa más potencia al eje trasero al detectar pérdidas de tracción delante o cuando se recorren pistas de tierra. El sistema incluye una tecla para bloquear el diferencial central que permite superar pisos resbaladizos y zonas más difíciles en el campo y se desconecta al pasar de 40 km/h. Pero la concepción del Patriot no está pensada para superar muchas complicaciones en conducción 4×4.

El Patriot es el hermano gemelo del Compass, pero presenta un frontal y una carrocería con los ángulos más cuadrados que acercan su imagen a la de los todoterrenos clásicos.
El Patriot es el hermano gemelo del Compass, pero presenta un frontal y una carrocería con los ángulos más cuadrados que acercan su imagen a la de los todoterrenos clásicos.

AMPLIO Y AUSTERO

EL DISEÑO INTERIOR del Patriot y sobre todo la presentación y la calidad de los materiales y ajustes no están a la altura de las exigencias del público europeo, aunque al menos el coche es práctico en el uso familiar. Tiene un aspecto pobre y austero, y los trazos rectos del salpicadero se repiten también en los paneles y apoyabrazos de las puertas y en otros elementos. Los asientos son muy simples y planos, y tanto la consola central como la base del cambio presentan un aspecto muy elemental que penaliza un interior en el que sólo la instrumentación y los plásticos en dos tonos del salpicadero alegran un poco el ambiente.

En contrapartida, el nuevo Jeep es amplio y bastante práctico y flexible por dentro, lo que refuerza sus virtudes como coche familiar. Las plazas traseras no se regulan en longitud ni se pueden sacar, como en los monovolúmenes, pero el respaldo posterior se reclina y se puede plegar fácilmente dejando el piso plano para ampliar el maletero: éste pasa de 329 litros, cuando se carga hasta la base de la bandeja, a 1.357 litros con dos plazas y cargado hasta el techo. Además, el respaldo del asiento del copiloto también se recoge hacia adelante para poder llevar bultos muy largos.

Entre los detalles curiosos, el Patriot incluye una luz interior de diodos luminosos, o leds, que se puede sacar del coche y usarla como linterna. Y Jeep ofrece un paquete de sonido opcional (740 euros) que incluye cargador de CD y unos altavoces extraíbles en el portón trasero que se sacan para oír música desde fuera.

UN 4×4 CON DOS TRAJES

EL JEEP Patriot (izquierda) y el Compass (derecha) son dos todoterrenos gemelos que comparten la misma base mecánica y muestran una tendencia de moda que se popularizará en los próximos años: vestir un mismo coche con diferentes trajes. Esta solución busca ofrecer una mayor personalización para que los modelos se adapten como un guante a cada comprador, y sigue las demandas de los clientes, que exigen cada vez coches más a medida de sus gustos y necesidades.

El aumento en la oferta de modelos mecánicamente iguales con carrocerías diferentes -sombreros, en el argot de los diseñadores- es viable gracias a los nuevos procesos de producción, que permiten fabricarlos sin apenas más sobrecostes que los gastos de diseño y estampado de las piezas exteriores, porque comparten todo lo demás. Así, el Dodge Caliber, un familiar compacto de la marca deportiva de Chrysler, comparte también la base mecánica del Patriot y el Compass.

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