Y mañana, Van Nistelrooy

Hace cosa de un año, Tito Ramallo, entrenador del Deportivo B, aventuró que el día que a Adrián López le concediesen una oportunidad en el primer equipo, "de ahí no lo mueve nadie". El defensa central, con 20 años cumplidos en febrero, acababa de debutar con el Depor en un partido de Copa contra el Mallorca. La oportunidad tenía trampa. Joaquín Caparrós sólo le volvió a dar bola en los minutos de descuento del partido de vuelta de aquella eliminatoria de octavos de final. "Muchas veces me han sugerido que hiciese debutar a un chaval porque quedaría en mi currículo, pero a mí no me gusta eso. Si no lo veo claro, no lo hago", señala Miguel Ángel Lotina, el técnico que ha convertido a Adrián López en un jugador fijo en la defensa del Depor.

"Yo soy jugador del filial. Tengo claro que esto que me ocurre es una circunstancia"

Sucedió cuando se quedó sin Lopo por una hernia discal que todavía arrastra para disputar la quinta jornada de Liga contra el Recreativo. Esa tarde apostó por el canario Aythami para acompañar a Coloccini, pero no le convenció. El Depor perdió en Riazor por 0-2.

La siguiente jornada, Lotina se la jugó con Adrián López, Piscu, en Montjuïc y aunque perdió por un gol de Tamudo, su equipo bajó la pelota al piso y la defensa mostró más contundencia que a lo largo de toda la campaña. "Cuando subes a un chaval de Segunda B nunca sabes qué va a suceder, máxime en un puesto tan específico; pero la sorpresa ha sido grata", señala Lotina. "Es un central a la antigua usanza, muy agresivo, va bien de cabeza, es rápido y se siente cómodo en el cuerpo a cuerpo".

Alberto Lopo, un futbolista que ha superado con creces los 200 partidos en Primera con 26 años, ve a Piscu "muy centrado". "Es pronto para valorar dónde llegará, pero me recuerda un poco a mí cuando empecé. Sabe lo que quiere y eso es muy bueno para un futbolista".

"Yo soy jugador del filial. Hay que pelear, pero tengo claro que esto es una circunstancia", reflexiona Adrián López, al que no le gusta que le llamen Piscu, aunque en los entrenamientos Lotina lo corrige por ese nombre porque en la plantilla también está el delantero asturiano Adrián López, subcampeón del mundo sub 20 y segundo máximo realizador. El mote tiene su miga: "Un día, en la residencia, un compañero me dijo que me parecía a un amigo que se llamaba Piscu y se me quedó, pero prefiero que me llamen Adrián".

Pues Adrián, desde el pasado 30 de septiembre, es fijo en la zaga del Depor, acompañando a Coloccini. Ha tenido que defender a Tamudo, Kanouté y Morientes. Mañana se las verá con Van Nistelrooy. "Nunca he estado en el Santiago Bernabéu. Aspiraba a ganarme la vida con el fútbol, pero nunca había pensado que pudiese jugar en Primera. Dicen que el Bernabéu impresiona pero yo me lo voy a tomar como un partido más. Van Nistelrooy es muy completo, pero hay que salir a dar lo máximo y a divertirse como en un partido cualquiera".

Tito Ramallo, el entrenador que más conoce a Adrián, desliza que el problema quizá se presente para el delantero holandés. "Piscu es muy competitivo. Ya jugó una fase de ascenso a Segunda B siendo juvenil y no notó el salto de categoría".

Será la casta. Su padre, Quique, que ahora trabaja de electricista en el complejo minero de Endesa en As Pontes, jugó de central en Segunda B y en Tercera en el Endesa y en el Lugo. "Yo quería ser delantero como todos los niños, pero desde cadete juego de central", comenta Adrián. Se va a la carrera en un Megane para llegar a una clase de tercer curso de Empresariales. "Apruebo raspado, pero eso también vale".

El día que Miguel Ángel Lotina lo incluyó por primera vez en un once del primer equipo le dijo en el vestuario: "Chaval, sólo tienes que estar tranquilo y hacer lo que sabes. Esto es sólo fútbol". Esa "circunstancia", como él la llama, le llevará mañana al Bernabéu por primera vez. "Volverá muchas más. A este de ahí no lo mueve nadie", vaticina Tito Ramallo.