"No sabemos cuánto tiempo estaremos en Barcelona"
"Me dijeron que el lunes tenía que estar en Barcelona y que estaría allí entre 15 días y un mes". Son palabras de José Gálvez, un conductor de autobús granadino que a última hora del pasado sábado recibió la sorprendente noticia de boca del encargado de la empresa para la que trabaja en Granada.
El domingo por la noche, José se trasladó a la capital catalana al volante de su autobús. Nada más llegar y sin apenas tiempo para descansar, se subió a otro autobús, junto con otros compañeros procedentes de toda España, para familiarizarse con la ruta Barcelona-Gavà que tendrían que realizar. Al final, el tour se alargó más de lo esperado. "Nos tuvieron hasta la una y media de la madrugada para mostrarnos el recorrido, y a las 5 de la mañana teníamos que estar en pie para trabajar".
Antonio, Félix, Joaquín y Jesús son algunos de los muchos conductores de autobús, llegados de Benidorm, Murcia o de Ibiza, que han ido a Barcelona sin saber hasta cuándo tendrán que quedarse. "Quince días, un mes, dos meses... Si no lo sabe ni Zapatero, lo voy a saber yo", bromeaba ayer Jesús al ser preguntado sobre el tiempo que tenía previsto permanecer en Barcelona.
Un conductor ecuatoriano que lleva 11 años viviendo y trabajando en Murcia aseguraba ayer que a él nadie le había dicho cuánto iba a durar su estancia barcelonesa. "A mí me dijeron que tenía que ir a Barcelona, pero no especificaron hasta cuándo", relató.
Compañerismo
A este conductor no le importaría que la cosa se alargara porque afirma estar "encantado" en Barcelona. "No sé si estaré aquí una semana o un mes, a mí me da igual", aseguraba ayer mientras charlaba con varios de sus compañeros.
El ambiente que se respiraba a las cinco y media de la tarde en la improvisada parada de autobuses situada en la plaza de España era de tranquilidad y compañerismo. Los conductores venidos de otras provincias contaban que los barceloneses les están ayudando mucho.
Luis, de Murcia, aseguraba que "los primeros dos días seguía a algunos conductores barceloneses", pero que ahora ya tiene el recorrido "por la mano". "El lunes decidí variar la ruta para evitar el tráfico de la Gran Vía a la entrada de Barcelona y, en cuanto vieron que me desviaba, algunos pasajeros empezaron a ponerse nerviosos y a preguntarme si me había perdido o si era de fuera", decía ayer Julio, un conductor catalán. Julio añadía que "lleva media vida subido al autobús" y se conoce Barcelona "al dedillo".
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