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Un hombre luchó 10 horas solo contra el incendio de su casa

Manuel Mosquera, con quemaduras graves

Sólo se salvaron de las llamas los gruesos muros de piedra de la casa, una decena de ovejas que vagaban ayer, con la lana chamuscada en el lomo, y un alpendre anexo que alberga un par de gallos y algunas gallinas. En el apartado y frondoso lugar de Batán, en el valle del Barcia, en Carral (A Coruña), un incendio fortuito arrasó la noche del lunes la centenaria casa de Manuel Mosquera Candal, de 65 años. Vivía sólo e intentó durante diez horas luchar contra el fuego, con una manguera conectada al río que apenas echaba un chorro de agua. Fue en vano. Las llamas lo arrasaron todo y el hombre permanece ingresado en el hospital Juan Canalejo, con quemaduras de segundo grado en la cara, las orejas y las manos.

Nadie en la parroquia rural de Herves se explica cómo Manolo de Batán pudo estar toda la noche lidiando solo con el incendio. Empezó sobre las 23 horas en la primera planta, mientras el hombre cenaba abajo. No dio la alerta hasta las nueve de la mañana, cuando apareció, descalzo y con las manos negras de hollín, en la casa de sus vecinos más próximos, ubicada a unos 500 metros. Una ambulancia se llevó al sexagenario, que fue ingresado en la unidad de quemados con un pronóstico grave, mientras los bomberos trataban de sofocar los últimos focos de un incendio que dejó el interior de la vivienda reducido a ceniza.

Ya no hay ni techo ni ventana ni puerta alguna en la casa de Batán. "Yo me crié aquí y ya no reconozco nada", se lamentaba, desolada, la tía de Mosquera, ante el esqueleto de la vieja morada. La madera del interior ardió rápidamente. La Guardia Civil, que abrió una investigación, sospecha que el fuego se declaró tras un cortocircuito en una instalación eléctrica que debía de tener también varias décadas, según los vecinos y parientes que se movilizaron para atender los animales de Mosquera. Soltero y sin hijos, trabaja de jardinero en Carral y nunca se preocupó de modernizar su casa. No tenía ni teléfono fijo ni móvil. "Es buena gente pero muy terco", destacó un tío de la víctima. "Dijo que no fue a dar aviso antes por miedo a que el fuego se descontrolara", comentó otro de sus parientes. Los vecinos creen que debió de desvanecerse en algún momento, por el humo.

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