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Las infraestructuras en Cataluña

El corte de Cercanías afecta a 160.000 barceloneses

Más de 160.000 residentes en Barcelona y su área metropolitana sufrieron ayer las consecuencias del corte de tres líneas de Cercanías y una de Ferrocarrils de la Generalitat (FGC). Un corte que debía ser de una semana y que será más largo. El hundimiento de la pared de un túnel de FGC tardará al menos dos meses en ser reparado de forma que se reponga el servicio.

Si el AVE llega a Barcelona en la fecha prevista, lo hará antes de que esté solventado el problema. Ayer empezó a funcionar el operativo de emergencia: 200 autobuses sustituyen al tren. Se esperaba el caos y sólo hubo retrasos y desconcierto. Pero el enfado de los usuarios era más que evidente. Fomento anunció anoche que las tres líneas serán gratuitas mientras dure el corte. Son la C-2 de Barcelona a Sant Vicenç de Calders; la C-10 hasta el aeropuerto, y la C-7 de l'Hospitalet a Martorell. Parte del recorrido en autobús y parte en tren.

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Algunos pasajeros habituales optaron ayer por el coche. Renfe reconoció que había perdido un 15% de pasaje de un día laborable (sobre las 100.000 personas en la zona afectada) mientras que FGC perdió un 20% de sus 60.000 usuarios habituales.

El uso de los autobuses no fue caótico, pero alargó enormemente los recorridos. Los pasajeros procedentes de la línea de la costa sur tenía que bajar en Gavà (a unos 20 kilómetros de Barcelona) y allí tomar un autobús. El tiempo medio de espera para ello era de entre 7 y 12 minutos. Y la duración del recorrido, que habitualmente no alcanza los 20 minutos, rondaba ayer los 50.

Plan de emergencia

El Ministerio de Fomento había encargado a Renfe la semana pasada un plan de emergencia, tras sufrir problemas por diversos socavones en la línea de Cercanías, todos relacionados con las obras del AVE. El proyecto era aplicar el plan si se producía algún otro socavón, pero cuatro días después de haberlo decidido. En esos días se hubiera podido informar a los usuarios.

El hundimiento del túnel de Ferrocarrils es mucho más grave que los socavones, porque se halla bajo las vías de Cercanías y el túnel en construcción para el AVE. Así que hubo que precipitar el plan de emergencia sin haberlo publicitado lo suficiente. El resultado fue que ayer muchas personas se dirigían a un punto para tomar el autobús, sin saber que partía de otro. Junto a la estación de Sants no pueden parar autobuses ya que está rodeada de obras y ha habido que buscar plazas amplias donde los vehículos puedan girar y se disponga de espacio para las esperas, cuando éstas se produzcan y no ha sido posible avisar con tiempo a todos los usuarios.

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