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"No estoy aquí para satisfacer a nadie, sino para sacar información"

EL PAÍS entra en la polémica cárcel que EE UU se niega a cerrar - Los presos son interrogados a diario seis años después del 11-S

Antonio Caño

El hombre que más sabe de Guantánamo se llama Paul Rester. Hosco y de pocas palabras, ha dirigido o analizado más de 30.000 interrogatorios. Aunque medio mundo lo calificaría simplemente como el jefe de los torturadores, Rester ocupa el cargo de director del Joint Intelligence Group (Grupo Conjunto de Inteligencia) y no le preocupa el rumbo legal de Guantánamo, ni siquiera la suerte de los presos.

El hombre que más sabe de Guantánamo se llama Paul Rester. Hosco y de pocas palabras, ha dirigido o analizado más de 30.000 interrogatorios. Aunque medio mundo lo calificaría simplemente como el jefe de los torturadores, Rester ocupa el cargo de director del Joint Intelligence Group (Grupo Conjunto de Inteligencia) y no le preocupa el rumbo legal de Guantánamo, ni siquiera la suerte de los presos. "Yo no estoy aquí para obtener información que permita después declarar culpables, yo no estoy aquí para satisfacer los deseos de los fiscales ni de nadie, yo sólo estoy aquí para sacar información útil para la seguridad nacional", confiesa Rester, uno de los hombres más inaccesibles de la inteligencia americana, en su despacho de Guantánamo. Luego admite que se somete a interrogatorios, en celdas con grilletes, a más de un centenar de presos, una y otra vez, durante días y días, semanas y semanas, meses y meses. EL PAÍS ha recorrido Guantánamo y entrevistado a sus principales responsables.

Domingo

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