Plan Renove para el viento
Gamesa experimenta la nueva turbina para sus parques eólicos
A los parques eólicos les está llegando el momento de renovarse. Han pasado ya más de diez años desde que en 1994 Gamesa empezara a instalar los primeros, y la nueva generación de máquinas está ya lista para su puesta en servicio. La ventaja es que cada unidad, además de generar más electricidad, va a sustituir a entre tres y cuatro de las antiguas. "Se va a reducir el impacto ambiental", aseguran desde la empresa. La firma vasca, que ya es el segundo productor mundial de aerogeneradores, con el 15,6% del mercado tras Vestas, con el 28,2%, aspira a consolidar esa segunda plaza antes del asalto definitivo a la cumbre, pero con el 20% del mercado.
El nuevo producto se llama G10X y producirá 4,5 megavatios, frente a los entre 0,8 y 1,2 que produce cada unidad en los parques en funcionamiento. Gamesa quiere ponerlo en el mercado en 2009 y para ello va a hacer las primeras pruebas de generación esta próxima primavera en Navarra y Aragón, en terrenos cedidos por ambas comunidades autónomas. Su estrategia para colocar estos nuevos equipos pasa por la mayor generación y por la reducción del impacto ambiental. Los equipos serán más grandes, pero reducir un parque eólico con 40 palas y dejarlo en 10 es visualmente mucho menos agresivo.
Gamesa va a invertir 130 millones en sus nuevas plantas de EE UU y China: se trata de servir al cliente prácticamente al tiempo que lo solicita
Es decir, Gamesa quiere aplicar el Plan Renove para los antiguos parques, pero sin olvidar que será el producto estrella para los nuevos. Y para ello quiere apurar las sinergias de sus accionistas. La corporación tecnológica Gamesa, con sede en Vitoria, tiene a Iberdrola como accionista de referencia. La expansión de la eléctrica vasca, con la compra de la británica Scottish Power y la estadounidense Energy East, le abre la puerta a unos mercados potencialmente enormes. Y más cuando el pasado día 5 de agosto el Congreso y Senado de Estados Unidos aprobaron una ley que gravará con impuestos a las empresas contaminantes y obliga a las eléctricas cotizadas a generar al menos un 15% de su energía con fuentes renovables.
Gamesa tiene en cartera pedidos de aerogeneradores por 4.500 megavatios que garantizan su producción hasta 2009, y la venta a 12 de los 15 promotores eólicos mundiales. Gamesa tiene una capacidad anual de producción de turbinas de 3.300 megavatios.
Pero además Iberdrola, que controla directamente un 18% de Gamesa y un 6,39% adicional a través de la Corporación IBV -Iberdrola tiene el 50% de IBV y ésta controla el 12,7% de Gamesa-, quiere ampliar su participación hasta el 30%, el límite que permite la nueva ley de ofertas públicas de adquisición, sin necesidad de lanzar una. Saben perfectamente que una mayor parte del pastel accionarial les va a redundar en beneficios a la vista de la demanda mundial de aerogeneradores. En este momento la demanda supera a la oferta y hay un cuello de botella que hace que las entregas de estas máquinas se retrasen hasta dos años desde que se solicitan.
Por eso Gamesa va a invertir 130 millones en sus nuevas plantas de Estados Unidos y China. Se trata de servir al cliente prácticamente al tiempo que lo solicita. Un reto que pasa por robotizar la fabricación de las piezas más sensibles del proceso, las palas de los molinos.
Fuentes de la empresa consideran no obstante al G10X como una máquina intermedia en el camino hacia los grandes generadores. Gamesa dedica a I+D el 1% de su facturación, que el pasado año fue de 2.390 millones. Tiene cinco centros de investigación, uno en Dinamarca y cuatro en España, y ha logrado 28 patentes y posee 77 nuevos sistemas en curso. Pero es que además lidera algunos programas de la Comisión Europea de I+D como el Reliawind 2015, y participa en otros como el Windlider y Upwind 2011, en los que el principal objetivo es monitorizar los aerogeneradores para facilitar su mantenimiento, hacerlos más eficientes y seguros, y avanzar en la generación de electricidad hasta los 10 megavatios por turbina.
Quienes trabajan con el viento aseguran que, además de caprichoso, es limpio y barato. Dos cualidades, estas últimas, que le convierten en competitivo en el mundo de las energías renovables. Las empresas eólicas recibieron en España 885 millones de euros en 2006 por la venta de su energía. El presidente de Gamesa, Guillermo Ulacia, explicó recientemente en una conferencia que salir al mercado para comprar gas y producir los mismos kilovatios habría supuesto un gasto de 1.668 millones de euros. Es decir, "las eólicas permitieron que cada cliente español ahorrara en su factura de la luz 17,5 euros el pasado año".
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