PSOE y PP buscan los votos de los partidos pequeños para 2008
Los populares centran sus expectativas en arrebatar la mayoría absoluta
Van a por todas y a por todos los votos. Las octavas elecciones al Parlamento de Andalucía del próximo mes de marzo serán las sextas para el socialista Manuel Chaves y las terceras para el popular Javier Arenas como candidatos a la presidencia de la Junta. Los equipos electorales de ambos partidos trabajan para concentrar sus esfuerzos en aquellas provincias donde, según sus cálculos, puede ganar o perder escaños. El PSOE (61 diputados de 109) aventajó en 18,8 puntos (24 escaños) al PP (37 parlamentarios) hace cuatro años y ahora aspira a ganar y gobernar "sin alianzas", es decir, a mantener la mayoría absoluta tras 25 años ininterrumpidos en el poder. El PP proclama que está en condiciones de superar por primera vez a los socialistas en Andalucía, pero los análisis más realistas de sus dirigentes rebajan esta aspiración a quitar al PSOE su abrumadora hegemonía parlamentaria. La mayoría absoluta se alcanza con 55 escaños.
IU y PA van hacia la autoinmolación por sus propios enredos y tropiezos internos
La abstención es la principal preocupación de los socialistas
A diferencia de otros comicios, la doble convocatoria electoral de marzo (generales y autonómicas volverán a coincidir) se celebran en unas circunstancias muy diferentes a las de 2004. Una de ellas es que el Gobierno central está presidido por un socialista. Otra, quizás la más importante, es que los partidos minoritarios van a toda máquina hacia la autoinmolación por sus propios enredos y tropiezos internos y que las formaciones grandes están ávidas por rebañarles los votos que, presumiblemente, se están dejando por el camino. Y las campañas que están diseñando los dos grandes partidos van a por ellos, a por los chicos.
De ahí que para los socialistas, tan importante es diseñar una campaña donde hace cuatro años se llevaron el último escaño en juego por los restos (los de Almería, Cádiz, Granada, Huelva y Sevilla) como centrar su interés en aquellas circunscripciones donde Izquierda Unida y el Partido Andalucista obtuvieron casi por los pelos representación (Jaén, Córdoba, Huelva, Málaga y Granada). La mayoría absoluta del PSOE descansa en un colchón de seis escaños. Antes del verano, las zonas rojas para el PSOE eran Málaga, Huelva, Córdoba y Granada, pero el baile de escaños que puede darse por la debilidad que, según sus sondeos, muestran andalucistas e IU ha hecho que el PSOE reconsidere su posición y considere prioritarias las ocho provincias.
"No hay una campaña a, b y c, sino una campaña a", asegura el secretario de Organización y coordinador electoral del PSOE, Luis Pizarro. Reconoce que se dirigirán a los votantes de IU, pero especialmente a los del PA cuyos escaños en Córdoba, Huelva y Málaga están en la cuerda floja.
La abstención, como siempre, es la principal preocupación de los socialistas porque es su peor enemigo. No obstante, confían en que conforme se acerque la campaña, la disputa electoral esté más reñida y eso motive a sus votantes a acudir a las urnas.
El PP da por hecho que recuperará al menos un diputado por provincia y aspira a arañar algún escaño más, sobre todo en las provincias de Málaga, Almería y Granada. De esta manera, lograría al menos los 46 diputados que consiguió en 2000. Pero el gran temor del PP es que pese a ese crecimiento, el PSOE conserve la mayoría absoluta, el umbral del éxito o el fracaso de los conservadores, por el desplome de las fuerzas minoritarias. El secretario general del PP, Antonio Sanz, destaca que el bipartidismo "no beneficia" a su partido, que, a priori, es el principal receptor de los votos que pueden huir del PA, aunque estos sufragios pueden ser insuficientes para evitar su gran objetivo: otra mayoría absoluta del PSOE.
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