Dos encapuchados roban y apalean a una pareja en su chalet de Roses

Un matrimonio francés fue víctima de un nuevo robo con violencia en el Alt Empordà el viernes de madrugada. La pareja acabó en el hospital a causa de la paliza que les propinaron dos asaltantes que irrumpieron en su casa. Armados con navajas y con el rostro cubierto, entraron de madrugada en el chalet situado en la urbanización de Puig Rom, en Roses, cuando los propietarios dormían en su habitación.

Navaja en mano, los asaltantes ataron a la pareja a la cama y comenzaron a pegarles para que les dijeran dónde guardaban el dinero. Los ladrones se ensañaron con la mujer, de 62 años, a la que golpearon en la cara y en la cabeza hasta fracturarle la mandíbula. Después revolvieron toda la casa, aunque, según las primeras investigaciones, se tuvieron que conformar con un botín de aproximadamente cien euros y algunas joyas de escaso valor.

Tras el violento asalto, la pareja, que lleva años residiendo en Roses, pudo reponerse del susto y avisar a la policía. Los Mossos d'Esquadra llamaron a una ambulancia que los trasladó al Hospital de Figueres. De allí derivaron a la mujer al hospital Josep Trueta de Girona al ver las heridas que padecía. El marido, de 63 años, sufrió una lesión en las costillas y presentaba contusiones de carácter leve, por lo que fue dado de alta.

Urbanización aislada

El suceso causó alarma entre los escasos vecinos que ayer se encontraban en Puig Rom, una urbanización aislada y construida en la falda de una montaña. "Tenemos miedo porque después del verano aquí quedamos muy poca gente y no puedes pedir ayuda a nadie", aseguró una vecina. Los Mossos buscan ahora pruebas para identificar a los delincuentes y no descartan que tengan relación con otros casos similares. Con este asalto ya son cuatro los robos con violencia que han sucedido desde el pasado mes de julio en el Alt Empordà.

El mes pasado cuatro encapuchados retuvieron y robaron a una familia inglesa en el Far d'Empordà. En agosto los asaltantes robaron en el Mas Andorra de Fortià, además de atar y encerrar a una pareja de 70 años. Los otros dos episodios ocurrieron en Llançà y en Cabanelles.