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Reportaje:Tenis | Masters Series de Madrid

Ancic regresa al futuro

El croata, el último en vencer a Federer en la hierba de Wimbledon, sigue adelante tras nueve meses de cuarentena por una mononucleosis

"El futuro ha llegado y se llama Mario Ancic". La frase es de Boris Becker y resume el día que Wimbledon recuperó su nombre. Ancic, el adolescente al que Goran Ivanisevic animaba a romper cuantas más raquetas mejor, acababa de ganar a Tim Henman, el eterno favorito local. Adiós a Timbledon, escribieron los cronistas. Y se lanzaron a señalar que aquel tiarrón de 195 centímetros era el mejor resumen del jugador del siglo XXI; del dominador que venía, que por algo era el último tenista que había ganado a Roger Federer sobre la hierba de Londres. Ayer, tres años después, Super Mario venció al francés Paul Henry Mathieu (6-4 y 6-3) y celebró su clasificación para los cuartos de final del Masters de Madrid como un éxito de proporciones incalculables. Fue un jugador liberado de su etiqueta de tenista maldito. Y recordó sus nueve meses de cuarentena y aislamiento, la soledad de una misteriosa mononucleosis, el dolor de su lesión en el hombro.

"No sólo estaba fuera del tenis", confesó en conversación con este periódico. "Llegó un punto en el que también me empecé a plantear si debía volver a jugar o no. No fue fácil: cuando me puse enfermo, estaba entre los 10 mejores del mundo y subiendo", continuó. "Es la vida", añadió. "Te pueden ocurrir cosas peores. Estoy trabajando muy duro para volver y todavía no siento que lo ha haya hecho todo", admitió el número 49 del mundo.

A Ancic, de 23 años, no se le conoce como Little Goran (el pequeño Goran) por casualidad. Ivanisevic y él son almas gemelas. Los dos nacieron en Split. Los dos se ganaron fama de tenistas explosivos e incandescentes, incontrolables, irascibles, geniales y ciclotímicos. Ivanisevic moldeó a Ancic. Influyó el deber patrio. Embarcado en la misión de hacer de Croacia una potencia en la Copa Davis, Ivanisevic alistó a un tal Ancic, de 10 años, a sus entrenamientos. "Cuando tenía 15 años", suele recordar, "me decía que siguiera mejorando la volea y subiendo a la red. Cuando tenía 12, que siguiera rompiendo raquetas. Recuerdo el día que ganó Wimbledon: la mitad de Croacia lloró. Todos estábamos nerviosos. La ciudad entera estaba en silencio. Nadie fue al trabajo".

Muy pocos croatas trabajaron el día que Ancic e Ivan Ljubicic ganaron la medalla de bronce en los Juegos de Atenas, en 2004. Sólo un año después, la pareja enmudecía al país al conseguir la Copa Davis frente a Eslovaquia. A los dos años de aquel triunfo, sin embargo, Croacia se debatía entre la frustración y el desencanto: Ancic, el tenista que había venido del futuro, no competía. Tenía, según dijo, un virus. La mononucleosis.

"Me parece increíble poder entrenarme, jugar ayer, hoy y mañana en un torneo de nivel", explicó bajo los pálidos focos de la sala de jugadores. "Todavía no estoy físicamente al ciento por ciento, pero eso es normal, considerando lo que me pasó y el tiempo que he estado sin jugar. Espero que al final del año esté sano y pueda empezar de nuevo".

El croata, dicen los expertos, estaba predestinado a triunfar en Madrid, donde Federer arrasó ayer al argentino Guillermo Cañas en 53 minutos (6-0 y 6-3). La altura, la pista centelleante, el tipo de bola, favorecen a los tenistas altos y de largos brazos, palancas desde las que articular saques imparables. Ancic no está de acuerdo. "Cuando tenía mucho mejor ránking y venía a Madrid no conseguí ganar ni un solo partido", dijo ayer. "Hasta ahora, las tres veces que vine a Madrid perdí en primera ronda. Siempre me resultó duro adaptarme a la altura, al clima. Este año lo ha sido menos porque no he sido cabeza de serie y eso me ha permitido jugar más partidos. Eso, en Madrid, es importante. Es genial volver a jugar al tenis tras nueve meses parado. Ha sido duro, pero ya estoy de vuelta".

ORDEN DE JUEGO: Pista Central (a partir de las 14.00): Mario Ancic (Cro.)-Novak Djokovic (Ser.), David Nalbandián (Arg.)-Rafa Nadal, Roger Federer (Sui.)-Feliciano López y Nicolas Kiefer (Ale.)-Fernando González (Chi.).

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