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Reportaje:APUNTES

"Los universitarios son cada año menos maduros"

Cien empresas acuden al foro de empleo de la Politécnica en busca de titulados

Ignacio Zafra

No les preocupa lo que saben. No hay quejas sobre su capacidad para calcular o dibujar planos. Los titulados, aseguran, llegan de serie con un buen nivel técnico. Lo que desespera a los empleadores tiene que ver con aspectos que, por ahora, no se aprenden en las aulas: "carencia de habilidades sociales"; "escasa adaptabilidad"; "falta de madurez", "el eterno talón de Aquiles de los idiomas".

Una larga fila de casetas recorre la avenida principal del campus de Vera, desde el Rectorado hasta más allá del ágora. Un centenar de empresas asisten al Foro de Ocupación de la Universidad Politécnica de Valencia. Cada hora y media, ocho de ellas se presentan en algún salón de actos. Hay firmas novatas que tratan de ganar notoriedad y multinacionales que vienen a fichar al por mayor.

"Rechazamos a nueve de cada 10 por falta de habilidades sociales", afirma un directivo

"Tenemos una demanda de incorporación en la compañía de unas 2.000 personas recién tituladas en España. Empezamos el 1 de septiembre. El año pasado ya incorporamos a otros 2.000 recién titulados", dice Lola Marcos, jefa de reclutamiento de la consultora estadounidense Accenture, el nuevo nombre de la antigua Andersen Consulting.

Curtida en hacer entrevistas de trabajo, Marcos expone su diagnóstico sobre la nueva generación de universitarios: "Creo que salen medianamente bien preparados. No puedo criticar a la universidad española porque, en general, es correcta, y más la Politécnica de Valencia, que ahora mismo es una de las mejores de España. Lo que sí que se nota es una bajada en determinadas competencias que son importantes. Pero es más de la juventud en general: más orientación al logro, al esfuerzo. Los estudiantes son cada año menos maduros que los de antes".

Y José Redondo, director de Recursos Humanos en Vossloh, la multinacional alemana de tecnología del transporte, afirma: "Nosotros necesitamos gente preparada, pero no simplemente en conocimientos técnicos. Yo siempre estoy peleando, tanto en la Politécnica como en las demás universidades con las que tenemos contacto, para que se preste más atención a habilidades como la negociación. Y el ingeniero no es sólo un ingeniero para hacer I+D, sino que tiene que ser un buen gestor de proyectos, un buen responsable de compras, un buen responsable de logística...".

"Por eso", sigue Redondo, "tenemos que ver a diez para elegir a uno. Unos pocos se diferencian del resto precisamente porque son buenos negociadores, porque tienen buenas dotes de comunicación, porque saben cómo dirigir un equipo".

El responsable de Recursos Humanos dice que en otros países, como Estados Unidos, los alumnos se pasan la carrera aprendiendo "técnicas de presentación"; "puedes ser muy inteligente, pero si no tienes esa capacidad no tienes nada que hacer", afirma.

Su equivalente en Lubasa, Manuel Águila, completa el dibujo con la descripción de un cambio relativamente reciente que se ha producido en el mundo laboral y que los jóvenes, señala, todavía no han terminado de asumir. "Pueden pensar que un trabajo es un sitio donde van a entrar, donde hay unas pautas establecidas y donde todos los días van a hacer prácticamente lo mismo. Pero lo cierto es que el mundo laboral cambia muchísimo de un año a otro. Nosotros, por ejemplo, no pensábamos que fuéramos a internacionalizarnos, y ahora estamos trabajando en Polonia. Hay sectores emergentes y otros que en un momento dado no son tan importantes, y la gente se tiene que trasvasar de uno a otro. La construcción puede haber sido un sector importante y en los últimos años ha ganado relevancia el tema inmobiliario".

"Nosotros, en la presentación, además de explicar a qué se dedica la empresa, incidimos en aquellas competencias que los estudiantes no saben se les van a demandar. Y yo diría que dos de las más interesantes son la flexibilidad y la adaptabilidad", afirma Águila.

Muchos de los males que las empresas detectan en los jóvenes licenciados solían curarse precisamente trabajando. Pero la medida del tiempo tampoco es la que era. Muchas de las compañías que acuden al campus de Vera lo abandonan con preempleados bajo el brazo. Lubasa "forma" becarios. Accenture ofrece, además, otra posibilidad: "Pueden someterse en el último curso a un proceso de selección y, si lo pasan, cuando terminan la carrera se les da una carta-oferta para incorporarse, lo que da una tranquilidad al estudiante, que termina la carrera y ya sabe que tiene un puesto de trabajo".

Los responsables de personal afirman que el conocimiento de idiomas ha mejorado. "Desde luego yo diría que la mayoría de profesionales de más de 35 años tienen un nivel de inglés bastante deficiente", comenta Águila. Pero la cuestión sigue sobre la mesa: "En España uno de los problemas que tenemos es encontrar ingenieros que tengan un buen nivel de inglés. La universidad dice que eso viene del colegio, el colegio dice que la culpa es de la universidad, y la familia ni se entera de lo que está pasando", afirma Lola Marcos.

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Sobre la firma

Ignacio Zafra
Es redactor de la sección de Sociedad del diario EL PAÍS y está especializado en temas de política educativa. Ha desarrollado su carrera en EL PAÍS. Es licenciado en Derecho por la Universidad de Valencia y Máster de periodismo por la Universidad Autónoma de Madrid y EL PAÍS.

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