La intransigencia paraliza la negociación de serbios y kosovares

Serbios y albanokosovares se reunieron ayer cara a cara por segunda vez en dos semanas para constatar que sus respectivas posiciones sobre el futuro de la provincia siguen siendo diametralmente opuestas. En Bruselas, como a finales de septiembre en Nueva York, Belgrado reiteró su oferta de una amplia autonomía para la provincia bajo soberanía serbia, posición rechazada de plano por Pristina, que hizo una propuesta de cooperación y amistad entre dos Estados independientes, inaceptable para Belgrado. El ballet diplomático continuará el próximo lunes en Viena.

Sobre la mesa no hubo cambios sustanciales respecto a lo escuchado hasta ahora en el largo proceso de discusión sobre el estatuto final del territorio, sometido desde 1999 a la tutela de Naciones Unidas y de cuya seguridad se encargan 16.500 soldados de la Kfor, una fuerza dirigida por la OTAN. "Nosotros no pedimos estas negociaciones. Lo hicieron Belgrado y la comunidad internacional", señaló ayer Vetón Surroi, uno de los miembros de la delegación kosovar, al ser interrogado sobre la utilidad de unas conversaciones que no parecen llevar a ninguna parte.

Lo que la parte kosovar está haciendo es cumplir escrupulosamente con la exigencia de mantener el proceso negociador abierto hasta que el 10 de diciembre la troika que media en el conflicto (EE UU, Rusia y la UE) eleve su informe y recomendaciones sobre Kosovo al secretario general de Naciones Unidas. "Hay un tiempo para decidir y ése es inmediatamente después del 10 de diciembre", dice Surroi.

La idea es aguantar hasta entonces para después plantarse ante la comunidad internacional con el hecho consumado de la proclamación unilateral de independencia. "Para nosotros es importante que tras el 10 de diciembre se acelere el final del proceso", apuntó el presidente, Fatmir Sejdiu. "Kosovo no puede ser rehén de que las negociaciones sobre el estatuto final se prolonguen indefinidamente". El primer ministro, Agim Ceku, insistió en la fecha: "La gente ha sufrido, esperado y conseguido lo suficiente como para hacerle esperar más allá del 10 de diciembre".

En Belgrado, el primer ministro serbio, Vojislav Kostunica, respondió que la independencia de Kosovo es imposible porque debe ser reconocida por Serbia, a la que el territorio de iure pertenece, lo que no va a ocurrir, o serle otorgada por el Consejo de Seguridad en violación de la propia Carta de la ONU, que garantiza la integridad territorial, lo que tampoco va a suceder. No habló Kostunica de proclamación unilateral, plan que madura Kosovo y problema al que aún no ha decidido cómo responder la comunidad internacional.

Dos factores pueden afectar a la normal marcha del proceso diplomático tutelado por la troika: las legislativas del 17 de noviembre en Kosovo y el calentamiento de las pasiones, que ha permitido a hombres armados y uniformados aparecer en televisión como elementos de un inexistente Ejército Nacional Albano. Su aparición el pasado miércoles haciendo que patrullaban las carreteras de Kosovo ha producido inquietud en Pristina. La OTAN asegura que no tolerará desmanes y que responderá con firmeza a quienes intenten desestabilizar por la fuerza la situación.