Más subsidios que parados
El Eustat ofrece una cifra de desempleados inferior a las personas que cobran las ayudas del Inem
Supone ya una vieja tradición que, por los diferentes criterios estadísticos utilizados, las cifras de paro registrado por el Inem resulten siempre superiores a las de las encuestas que realizan tanto el Eustat (la PRA, o Paro en Relación a la Actividad) como el Instituto Nacional de Estadística (la EPA, Encuesta de Población Activa). Lo que ya resulta más sorprendente es que haya más personas cobrando prestaciones por desempleo del Inem que número de parados refleja el Eustat. El punto de cambio de tendencia se produjo el año pasado y la diferencia no ha hecho sino crecer. El Eustat atribuye el hecho al concepto de "parado" que se maneje, que para el instituto vasco es la persona que estaría "dispuesta a trabajar la semana siguiente" a aquella en que se realiza la encuesta y ha buscado empleo las cuatro últimas semanas. Y no estima que sea un requisito para ser considerado "parado" haber firmado la cartilla del Inem.
La EPA nacional decía en junio que Euskadi tenía 63.900 parados; la PRA rebajaba ese número a 33.900
En la diferente interpretación de lo que significa "sellar la cartilla" radica la clave de las discrepancias
Las instituciones vascas, el Gobierno fundamentalmente, miden este aspecto de la marcha de la economía por las cifras que ofrece la PRA, encuesta elaborada por el Eustat, instituto estadístico que depende del propio Ejecutivo. Los ratios de crecimiento económico o el desempleo siempre se ofrecen con sus datos. La Encuesta de Población en relación con la Actividad (PRA) se realiza sobre una muestra de 5.000 viviendas, lo que supone entre 11.000 y 12.000 personas. Supone, por tanto, un sondeo con una muestra muy amplia de la población de Euskadi.
De hecho, siempre se ha considerado que es mucho más representativa que la fragmentación que hace para el País Vasco la Encuesta de Población Activa (EPA), la estadística de desempleo que elabora el INE para el conjunto de España. La EPA trabaja sobre una muestra nacional de 3.588 secciones censales de las 30.000 existentes en el país. Ello supone 65.000 viviendas y unas 180.000 personas.
El concepto de "parado" que se emplea para realizar la EPA es similar al de la PRA, según precisaron a este diario fuentes del Eustat: "Personas de 16 o más años que durante la semana de referencia han estado sin trabajo, disponibles para trabajar y buscando activamente empleo. Son parados también quienes ya han encontrado un trabajo y están a la espera de incorporarse a él, siempre que verifiquen las dos primeras condiciones". Aún así, los resultados difieren. La EPA arrojaba una cifra de 63.900 desempleados en Euskadi en junio pasado. La PRA rebajaba esa cifra a 33.900 personas.
Más allá de este debate, el número de personas que cobraban algún tipo de prestación del Inem por ser parado ascendía dicho mes a 43.050 personas. Es una cifra que responde a la lógica de la EPA, pero que choca si se atiende a los datos de la PRA. De forma paralela, para el Instituto Nacional de Estadística la tasa de paro se sitúa en el 6,04% mientras para el Eustat baja prácticamente a la mitad: el 3,4%. Todos estos datos están disponibles en las webs del Inem (www.inem.es), del INE (www.ine.es) y del Eustat (www.eustat.es).
El gráfico que acompaña a esta información muestra una comparativa en términos porcentuales de los datos de ambos estudios en los últimos años. También compara la cifra absoluta de parados que da la PRA y las personas que realmente cobran prestaciones del Inem en Euskadi.
Aunque la definición de "parado" es la misma en teoría para los institutos nacional y vasco y acorde con las directrices del Eurostat y de la OIT, puede que exista alguna diferencia en la aplicación del concepto de "buscar activamente empleo".
El Eustat cuelga en su web la siguiente definición de "parado": "Según la Oficina Internacional de Trabajo (OIT), son todas aquellas personas que no tienen empleo asalariado o empleo independiente, están actualmente buscando empleo y están disponibles para trabajar. Desde 2002, la forma de hacer operativa esta definición cambia siguiendo el Reglamento de la Comisión Europea 1897/2000. A partir de ese año, se consideran paradas aquellas personas que, además de cumplir las anteriores condiciones, han realizado durante las cuatro semanas anteriores alguna de las gestiones de búsqueda de empleo de las consideradas activas en dicho reglamento. No se considera búsqueda activa el trámite de renovar la demanda de trabajo [sellar la cartilla] o de contactar por motivo de los cursos de formación con la oficina pública de empleo".
Queda claro que sellar la cartilla no es un método activo. Sin embargo, cuando se consulta en la web del INE qué es un método de búsqueda activa de empleo, se encuentra también una alusión al mismo reglamento europeo y una definición diferente. Establece, entre otros criterios: "Estar en contacto con una oficina pública de empleo con el fin de encontrar trabajo, cualquiera que sea la parte que haya tomado la iniciativa". Es cierto que fija una salvedad que puede ser la clave de la divergencia entre ambas encuestas: "La renovación de la inscripción por razones puramente administrativas no constituye un planteamiento activo".
La clave de la diferencia radica sin duda en la interpretación de los conceptos. El Eustat ofrece una interpretación muy restrictiva que coloca al País Vasco en unos parámetros muy buenos con respecto a otros territorios y que favorecen la imagen del gobernante de turno.
El Eustat asegura que su concepto resulta equilibrado y que fija exactamente lo que es la búsqueda activa de empleo. Su criterio, recalca, saca de las listas de parados a los fijos discontinuos, las personas que se apuntan al paro a la espera de ser llamados por su empleador habitual.
El Eustat ha enviado a EL PAÍS el cuestionario de la PRA y ha indicado cuáles son la preguntas claves. La pregunta 140 de la PRA reza: "¿Está buscando empleo?" La 143 señala: "¿Ha realizado gestiones de búsqueda de empleo durante las cuatro últimas semanas?" La 145.1 indica: "En las cuatro últimas semanas, ¿qué métodos ha utilizado para encontrar empleo?" En este último apartado va enumerando las formas y fija la de ponerse en contacto con el Inem u otra oficina pública de búsqueda de empleo. Después pregunta a qué se ha ido al Inem y entre las opciones figura la primera sellar o renovar la cartilla. Probablemente, marcar esta casilla pueda dejar a un parado fuera de la lista oficial de desempleo.
En definitiva, las diferencias estriban en la aplicación más o menos restrictivas de los conceptos legales previstos. Las encuestas juegan con varios elementos que inciden directamente en el resultado, aunque partan de premisas distintas. Sea más o menos adecuado el sistema del Eustat o el que emplea el INE, la realidad es que las cifras de parados presentan una diferencia llamativa. A este elemento hay que sumar el que, al comparar los parados con los perceptores de los subsidios que paga el Inem por estar desempleado, las cifras de la EPA cuadran más con esos datos que las del Eustat.
Tal vez sean estas discrepancias las que han llevado a muchos sociólogos a recuperar los últimos años el análisis de la realidad social por métodos interpretativos, lejanos a las estadísticas, que no son otra cosa que aproximaciones a la realidad.
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