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Tribuna:COYUNTURA NACIONAL
Tribuna
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De susto en susto

La última semana ha sido importante en cuanto a información sobre la coyuntura económica española, no tanto por la cantidad de indicadores publicados, sino por su relevancia. Destacan dos: el IPC de septiembre y las cuentas nacionales no financieras de los sectores institucionales, es decir, de los hogares, empresas y administraciones públicas.

La inflación aumentó medio punto porcentual, hasta el 2,7%, lo cual, si bien es mucho en un solo mes, no ha sorprendido, pues ya lo habíamos anticipado todos los analistas. La causa fundamental es el famoso efecto escalón descendente que se produjo en septiembre de 2006 al caer los precios del petróleo, que al no reproducirse este año ha originado un aumento de la inflación interanual de los productos energéticos. Este efecto, que ha hecho que la inflación total se mantuviese por debajo de la subyacente (el indicador más sólido de los precios) desde septiembre del pasado año hasta agosto último, explica cuatro de las cinco décimas en que ha aumentado la inflación total.

Muchos españoles van a tener que apretarse el cinturón más de lo que habían pensado

El segundo responsable es la subida de los precios de los alimentos elaborados, sobre todo, el pan, los cereales y la leche, junto a otros no elaborados, como el pollo y los huevos. Sin embargo, no todo han sido malas noticias en el IPC de septiembre, pues ha sorprendido favorablemente el comportamiento de los bienes industriales no energéticos y sobre todo de los servicios, que han reducido sus tasas interanuales en una y dos décimas, hasta el 0,4% y 3,7%, respectivamente.

Las previsiones para octubre son que vuelva a producirse una subida de la inflación similar a la de septiembre, es decir, que se vaya hasta el 3,2%, pues el efecto escalón todavía no ha terminado, ya que en octubre de 2006 también se produjo una fuerte caída del precio del petróleo, al contrario de lo que está ocurriendo ahora. La buena noticia, tras estos dos sustos seguidos con el IPC, es que en noviembre ya habremos subido todos los escalones y la inflación se estabilizará durante unos meses en torno a esa tasa del 3,2%, para bajar después hasta el 2,6% en los meses centrales de 2008. Con el correspondiente diferencial, también este perfil se reproducirá en el conjunto de la zona del euro, lo que va a complicar las cosas al BCE.

Las cuentas de los sectores no presentan cambios importantes en las tendencias observadas hasta ahora. El ahorro de los hogares sigue a la baja y sus necesidades de financiación al alza, lo que se traduce en un fuerte aumento del endeudamiento (véanse los gráficos adjuntos). Lo mismo se observa en el mundo de las empresas no financieras, sólo que a una escala mayor: sus necesidades de financiación (diferencia entre el ahorro generado, aumentado con las transferencias de capital recibidas netas, y la inversión en capital fijo) alcanzaron en media de los cuatro últimos trimestres hasta el segundo de este año una cifra equivalente al 8,9% del PIB, y su deuda, que al finalizar 2006 se situó en el 106% del PIB (60% al comenzar la década), podría alcanzar el 128% al final de este año.

Estas cifras están entre las más altas de los países desarrollados, aunque con tipos de interés del 3%-4% eran muy llevaderas. El problema es que los tipos ahora son mucho más altos y, para terminar, se nos ha echado encima la crisis del crédito. No es cuestión de alarmar, pero muchos españoles van a tener que apretarse el cinturón más de lo que habían pensado, y lo que es peor, en plena digestión.

Ángel Laborda es director de coyuntura de la Fundación de las Cajas de Ahorros (FUNCAS).

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