Lara deja las inversiones del ladrillo
Planeta multiplica por diez sus apuestas no editoriales desde 2004 a través de Hemisferio
José Manuel Lara se ha sumado a la tocata y fuga que bancos e inversores protagonizan en el sector inmobiliario. El dueño del Grupo Planeta, que dio la campanada en 2006 al comprar el 5,1% de Metrovacesa y llevaba años de fuertes inversiones en el ladrillo, se acaba de deshacer del grueso de esta participación en pleno proceso de división de la constructora, aunque aún conserva un paquete minoritario.
También ha abandonado el proyecto de Landscape, la inmobiliaria que el Sabadell vendió a Astroc, y ha dejado de invertir en Metrópolis, sociedad con la que familias catalanas promueven y compran edificios.
Estas desinversiones suponen un embolso que puede rondar los más de 500 millones de euros -por el 5,1% de Metrovacesa, Lara pagó 632 millones en 2006- que tienen por objetivo potenciar la diversificación de su cartera de inversiones no editoriales, con especial interés en el sector aéreo. Después de reforzarse en Vueling, aerolínea de la que es socio fundador y donde controla el 26,8% de las acciones, el mercado le señala como uno de los integrantes de una eventual oferta de Air France por Iberia.
El consejero delegado y el director de Vueling rechazan dimitir y prometen un nuevo plan de negocio
Sería otra campanada del pequeño imperio no editorial de los Lara, sobre todo en un contexto en el que el resto de empresarios catalanes, quejumbrosos del repliegue de Iberia en Barcelona, rehúyen entrar en un sector de alto riesgo como el aéreo. Los allegados a José Manuel Lara cuentan que el empresario ya ha encontrado su traducción particular de la palabra seny, trasladada normalmente al castellano como "sentido común" o "buen juicio". Lara, de 61 años, ha comentado alguna vez a sus íntimos que seny significa en realidad "cague", un mal que afecta a buena parte del tejido económico.
Crítico en privado y en público con esta actitud temerosa del riesgo, el empresario ha creado en los últimos años un conglomerado ajeno al sector mediático, a través principalmente de su sociedad Inversiones Hemisferio. Los activos gestionados por Hemisferio se han multiplicado por diez desde 2004, hasta sumar un montante aproximado de mil millones de euros en 2007. La contribución a los beneficios de Planeta ascendió a 11 millones de euros en 2005.
Desde Tecnitoys, la empresa fabricante de scalextrics para varios países, hasta el Banco Sabadell, pasando por el club de fútbol Español y la aerolínea Vueling, son varias decenas de sociedades las que aparecen vinculadas a Hemisferio. Lara también posee acciones del Santander y fue accionista en el pasado de Parques Reunidos y del grupo químico La Seda de Barcelona, según el Registro Mercantil.
Sus allegados comentan que el empresario no apuesta por un sector de actividad en concreto, sino por compañías con recorrido y bien gestionadas en las que sólo pretende actuar como socio financiero. Con una clara y reciente excepción: Vueling. Lara ha solicitado la celebración de una junta de accionistas para relevar del cargo al consejero delegado, Carlos Muñoz, y al director general, Lázaro Ros. Muñoz y Ros, que son también accionistas, con el 5% y el 2% de Vueling, respectivamente, aseguran que no piensan dimitir. De momento, el Consejo de Administración de la aerolínea se reunirá el martes para fijar la fecha de convocatoria de la junta y debatir "un nuevo plan de negocio" de la aerolínea, que acumula importantes pérdidas y ha perdido casi el 50% del valor con el que debutó en Bolsa hace 10 meses.
Lara, a través de Hemisferio, sí quiere meter baza esta vez en la gestión. La sociedad nació a finales de los noventa como una entidad tenedora de los inmuebles del Grupo Planeta, pero se ha convertido en una family office (vehículo de inversión de las familias empresarias) con una diversificada cartera.
Además de dos hijos de Lara, José Manuel y Marta, es consejero de la sociedad Jordi Fainé Garriga, hijo del presidente de La Caixa, Isidre Fainé. José Creuheras es otro de los hombres fuertes de la sociedad. Contar con una sociedad de estas características "es síntoma de buena salud en una empresa familiar; de que tiene recursos y sabe adónde va", opina Manuel Pavón, del despacho Garrigues. Para Borja Durán, consejero delegado de Family Office España, Hemisferio "es relativamente pequeño para estar metido en tantos terrenos", por lo cree que a medio y largo plazo podría abrirse a nuevos socios.
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