"El acta es mía"

"Soy yo y mis circunstancias". La máxima de Ortega y Gasset es una de las favoritas del concejal tránsfuga de El Puerto de Santa María (Cádiz) Fernando Gago, con quien el PP acaba de firmar un pacto que le garantiza una mayoría absoluta en el Ayuntamiento. Si damos por buena la cita, Gago ha debido sufrir en los últimos años cambios drásticos en sus circunstancias políticas que le han impulsado a recorrer el camino ideológico que separan el partido al que se afilió 1990, el PSOE, hasta la formación a la que ahora apoya, el Partido Popular.

Llegó hasta la alcaldía de la ciudad con Independientes Portuenses (IP) y encabezó la lista de esa formación en las pasadas elecciones locales, cuando se agotaron las oportunidades de esta formación.

Fernando Gago, de 66 años, trabajó como relaciones públicas en la firma vinatera local Terry. En los primeros años de los noventa ocupó el quinto puesto de la candidatura del socialista Juan Manuel Torres. Una vez en el gobierno local, fue designado concejal de Turismo, el área que ha gestionado casi de manera continuada, aunque en representación de diferentes siglas.

Ya a lo largo de ese mandato, Fernando Gago se hizo querer por una fuerza emergente en la ciudad, el nuevo partido Independientes Portuenses. Con esta formación, el PSOE había llegado a firmar pactos de colaboración política en el Ayuntamiento.

Finalmente, en julio 1994, ambas formaciones rompieron el pacto de gobierno y todos los concejales socialistas abandonaron sus respectivas áreas. Todos, excepto Fernando Gago, que saltó de la nave socialista al grupo mixto, desde donde logró mantener su condición de concejal de Turismo en alianza con IP.

Elegante, obediente a las directrices internas y poco amigo de los debates ideológicos, según sus compañeros de viaje, Gago despliega dotes para llevar al terreno de la broma cuestiones de responsabilidad política y se arma de fragmentos de poesías o de dichos populares para esquivar críticas o preguntas incómodas de la prensa y de sus adversarios políticos.

Finalmente, la gestión independiente se degrada a costa de escándalos. En 2005, el entonces alcalde, Hernán Díaz, es condenado por prevaricación y obligado a abandonar la alcaldía en cumplimiento de una sentencia de inhabilitación. En ese momento, una extraña carambola política coloca a Gago, el número cuatro de la lista independiente, en la alcaldía: pocos meses antes, el número dos de IP, Enrique Moresco, abandona la formación para ser fichado por el PP; luego, el número tres, el concejal de urbanismo, Juan Carlos Rodríguez, muy señalado por escándalos en su gestión, renuncia al cargo de alcalde "por razones personales". De esta forma, el bastón de mando del Ayuntamiento termina cayendo en agosto de 2006 en manos de Gago, en contra del criterio de la mayoría de sus compañeros de partido, que no le consideran un líder capaz de conducir a los independientes en la nueva etapa.

Tras unos meses de gestión anodinos, Gago, con el valor de su cargo, encabeza la lista de IP en las elecciones del pasado mayo y sufre una dura derrota que le sitúa de nuevo en el centro de los ataques de sus compañeros de formación.

El PP de Enrique Moresco gana las elecciones y se queda a solo dos concejales de la mayoría absoluta. Gago se queja del "maltrato político y personal" que sufre por parte de IP. "Puedo abrirme la camisa y enseñar las heridas" llega a afirmar en la rueda de prensa en la que anuncia su marcha de IP y su incorporación al grupo de concejales no adscrito. "El acta es mía", asegura sin pudor en una comparencia pública.

En ese momento queda abierta la puerta para el nuevo salto político de Gago. El apoyo al PP le ha permitido volver al área de turismo.