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Reportaje:Fórmula 1 | Gran Premio de China

Hamilton se queda clavado

El piloto británico sufre una salida con los neumáticos destrozados y abandona bajo la lluvia de Shanghai - Alonso fue segundo y se coloca a cuatro puntos - Raikkonen, el ganador, está a siete del líder de un Mundial que se decidirá en Brasil

Hacía ya algunos días que Fernando Alonso estaba pidiendo un milagro y el cielo le escuchó. El milagro llegó en forma de agua. No con la intensidad que se había anunciado cuando se avisó de la inminente llegada del tifón Kroma, pero suficiente como para distorsionar por completo la carrera de Shanghai y abortar el primer intento de consecución del título de Lewis Hamilton. La tormenta pasó de largo. Pero la lluvia mojó la pista y el Gran Premio de China cambió por completo el decorado del Mundial. El piloto británico, líder hasta aquel momento, se salió de la pista y tuvo que abandonar poco antes del meridiano de la carrera, dejando el terreno libre para que Kimi Raikkonen y Fernando Alonso coparan las dos primeras posiciones del podio y recortaran de forma espectacular la diferencia en la clasificación. Hamilton sigue siendo líder, pero los 12 puntos que llevaba al asturiano han quedado reducidos a cuatro. Raikkonen está a siete. El título se decidirá en Brasil el día 21.

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La imagen de desesperación que mostró Hamilton cuando su coche se quedó clavado en la grava, sin que consiguiera arrancarlo, no se había visto hasta ahora. A lo largo de todo el Mundial, el piloto británico apenas había cometido errores. El más serio se había producido en el circuito alemán de Nurburbring en julio, también en mojado, cuando se estrelló en la cronometrada y luego sufrió una nueva salida durante la carrera. Pero entonces, una grúa acudió en su ayuda y el coche, que no se había parado, fue reflotado hasta la pista. Ayer, en Shanghai, la situación era absolutamente distinta. Había una causa: Hamilton se estaba jugando el título y hasta aquel momento dominaba la carrera de forma espectacular, sacando prácticamente un segundo por vuelta al Ferrari del finlandés Raikkonen, el único que lograba perseguirle.

Transcurría la 31ª vuelta, y hacía ya tres que Hamilton tenía problemas. Raikkonen le había adelantado en la 28ª de forma casi fulminante por el interior en una curva de izquierda, y el británico comenzó a acusar problemas insalvables con los neumáticos. Perdió siete segundos en la 29ª vuelta y otros tres en la siguiente. Y cuando el equipo decidió que entrara en boxes para cambiar neumáticos y poner los de seco, Hamilton iba ya con los cables cruzados. Hizo el giro para entrar, pero cuando afrontó la primera curva de la línea de desaceleración, tocó el freno, las ruedas traseras se le clavaron un poco y el coche perdió toda la tracción y comenzó a desplazarse hacia la grava. Todo ocurrió a cámara lenta, porque la velocidad del McLaren Mercedes era entonces de unos 60 km/h. Hamilton lo intentó, pero el suelo estaba más mojado que la pista y no consiguió controlarlo, pues el deterioro de sus neumáticos era total y absoluto. No había forma de parar aquello. Y de golpe, Hamilton tuvo que tomar conciencia de que había cometido el peor error de su aún corta carrera. Chilló, pidió ayuda a los comisarios de pista, que trataron de empujar el coche, pero la grava no cedía.

El coche no se movía y los acelerones de Hamilton no hacían sino complicar más aún las cosas porque las ruedas traseras iban formando un hoyo. Al final se decidió. Sacó el volante, se levantó y salió del coche. Abandonó la carrera y perdió la primera posibilidad de conseguir el título. "Cometí un error cuando entré en el pit-lane. Habíamos tomado la decisión correcta al aguantar los neumáticos hasta aquel momento, pero el suelo estaba mojado y tuve muy mala suerte", confesó Hamilton.

Sin embargo, tal vez sus ingenieros no le asesoraron adecuadamente. Mientras corrió con neumáticos intermedios su ritmo fue endiablado. Marcó varias vueltas rápidas y nadie podía igualarle. Pero aquel ritmo tuvo unas consecuencias nefastas para los neumáticos porque se fueron deteriorando de forma innecesaria: no era preciso forzar tanto. Alguien desde el box debía haberle frenado. Y después, cuando el equipo comenzó a darse cuenta de hasta qué punto estaban mal los neumáticos, le mantuvieron en pista tres vueltas más, a pesar de que sus tiempos habían dejado de ser competitivos y de que los problemas eran evidentes. Cuando entró en boxes, muchos otros pilotos habían decidido ya poner gomas de seco, porque las previsiones de lluvia no se estaban cumpliendo. Y entonces ocurrió lo peor que podía pasarle.

Y lo mejor para sus dos únicos rivales para el título. Raikkonen había hecho una carrera memorable, empujando constantemente a Hamilton y acercándose de forma peligrosa en cuanto el británico bajó su ritmo. Y cuando le superó, tras una pugna cuerpo a cuerpo de un par de vueltas, Hamilton acusó el golpe en su propia autoestima. Quería ser campeón ganando la carrera. Y comenzó a tener prisa por recuperar el liderato. Mientras tanto, Alonso, que arrancó desde la cuarta posición, había conseguido adelantar a Massa -con quien se tocó en la salida- y salir de su primer repostaje por delante de él. Sus opciones de mantener las esperanzas de título hasta Brasil estaban prácticamente esfumadas. Pero cuando vio en las pantallas gigantes lo que le había ocurrido a Hamilton, su corazón dio un vuelco. "Era segundo y pensé que tenía que acabar la carrera a toda costa; que aún siendo séptimo iba a salvar la primera bola de partido", confesó el asturiano. Y lo consiguió.

El título se decidirá en Brasil, en la última carrera. Y, a pesar de todo lo que le ha estado ocurriendo últimamente, Alonso está convencido de que el equipo les tratará con igualdad a él y a Hamilton, que les dará el mejor coche posible. "Pero el sentimiento del equipo no estará precisamente conmigo", concluye Alonso. Sin embargo, el milagro se ha producido: en Interlagos, tres pilotos seguirán luchando por el título.

Secuencia de imágenes que muestra a Hamilton tras su abandono.
Secuencia de imágenes que muestra a Hamilton tras su abandono.AFP
El piloto británico abandonó la carrera, con lo que el campeonato podría recaer en cualquiera de los tres mejor clasificados: Hamilton, Alonso y Raikkonen, vencedor en Shanghai.Vídeo: CNN+

TODAS LAS POSIBILIDADES

Hamilton será campeón si es primero o segundo en Brasil. Si no, debe evitar que Alonso sume cuatro puntos más que él o Raikkonen siete más.Alonso ganará si vence en Interlagos y Hamilton no es segundo. Si Alonso es segundo, necesita que el inglés sea sexto como máximo. Si es tercero, precisa que Raikkonen no gane y que Hamilton, como mucho, sea octavo. Si es cuarto, Raikkonen no debe estar en el podio y Hamilton no puntuar.Raikkonen necesita ganar, que Alonso concluya como máximo tercero y Hamilton el sexto; o ser segundo y que Alonso sea el cuarto y Hamilton el octavo.En caso de empate a puntos, decide el número de victorias. Si continúa el empate, por número de segundos puestos y así sucesivamente.

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