_
_
_
_
DE LA NOCHE A LA MAÑANA
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Tirar de nacionalismo

Por no callar

La cosecha de nacionalistas antinacionalistas en este otoño es tan abundante que son la envidia de las más inteligentes setas, letales a veces, pero siempre pelín indigestas según como las pilles

Uno de los problemas del nacionalismo periférico es que existe. Otro, que perdura más allá de la vida de sus representantes. Otro, que acostumbra a gravitar en la órbita de ese nacionalismo que es el españolismo, ya sea para quejarse, diferenciarse, reivindicarse o exigir la cuota pertinente acerca de lo que sea. Es muy posible que la pervivencia de los nacionalismos sea cosa detestable, pero si se los liquida de un plumazo, o de un brochazo, aunque sea en una tribuna periodística, ya me dirán que hacemos con el principal partido de la oposición o con un socialismo que se define como obrero y español. Y así, se escribe sobre los patriotas terminales, catalanes y vascos mayormente, sin aludir para nada a los centenares de metros de banderita española que Aznar y los suyos izaron cada fin de semana en la madrileña plaza de Colón. La patria gutural es una garganta profunda que aglutina todos los resfriados. Y su afonía de fondo es idéntica a los furiosos constipados que condena.

A por todas

El Rey de España será lo que será, que no tengo el placer de conocerlo, pero me gustaría saber dónde estaríamos todos ahora si en la noche del 23-F se hubiera abstenido de ordenar nada menos que a Milans del Bosch la retirada de sus tanques de las calles de Valencia. Con todo el carisma que tenía, uno no se imagina a Salvador Allende ordenando a Pinochet que cesara inmediatamente de bombardear el Palacio de la Moneda, y, menos aún, al presidente de la República española ordenando al general Franco que ni se le ocurriera cruzar el Estrecho con sus tropas. Desde la COPE, entre otras tribunas de exasperación innecesaria, se insta una y otra vez a la abdicación de Juan Carlos a favor de su hijo, tal vez con la secreta esperanza de que resulte más fácil tumbar al recién llegado. El interés de la Conferencia Episcopal puede ser meramente retórico a fin de marear la perdiz para seguir con sus privilegios, entre los que no es el menor la exención fiscal inmobiliaria del que disfruta la Iglesia Católica. Por ejemplo.

Pero, hombre, Federico

Como profeta, Jiménez Losantos resulta más bien una Casandra baturrica, pero no hay duda de que es un tipo leal, a sí mismo y a sus amigotes. Pero se ve que el hombre siente cierta fobia por la sombra que proyecta, de modo que muda repetidamente de sí mismo para convertirse en otro al ritmo que cambia de cuadrilla de amigotes de casino, y por eso resulta tan letal como Millán Astray para las buenas maneras, las buenas opiniones, las buenas costumbres. Ya sé que el alma humana es contradictoria, y que la madurez tiene que ver con la juventud lo mismo que el cerdo con el jamón, que es comestible a pedacitos previa manipulación. Nada peor que un cantamañanas encantado de haberse conocido, como le ocurre también a Sánchez Dragó. Qué le vamos a hacer si confunden la libertad de expresión con la excelencia intestinal del aceite de ricino.

Oriente ha vuelto

Si es que alguna vez se fue. Basta con echar una mirada a los titulares de Internacional de este periódico para saber dónde se sitúan los auténticos problemas mundiales. "Reino Unido retirará mil soldados de Irak y entregará Basora antes de Navidad". "EE UU incluye a Irán en su guerra contra el terrorismo". "Un informe del Congreso denuncia las actividades de los mercenarios de Blackwater en Irak". "Irán es una amenaza para todos, no sólo para Israel". "Musharraf y Bhutto ultiman un pacto para compartir el poder". "El consorcio ruso de gas natural amenaza a Ucrania con un corte en el suministro". "Las dos Coreas abren una cumbre histórica para la reconciliación". "El enviado de la ONU se reúne en un búnker con el jefe militar birmano". Cualquiera diría que no ocurre nada digno de mención en Europa. Pero no hay duda de la relevancia y la pertinencia de esas informaciones. Y en casi todas anda metido Estados Unidos.

El circuito

Ya es fuerte, ya, que se construya un circuito de Fórmula 1 en la maltratada zona del puerto de Valencia con una anchura equivalente a ocho carriles, pero el colmo es que su financiación corra a cargo de los futuros propietarios de las viviendas que se edifiquen en la zona al hilo del acontecimiento. No sé si es que la locura desdeña ya del todo los límites de la sensatez, pero hay que ser un tanto raro para comprarse una vivienda en una zona en la que los futuros vecinos tendrán que soportar el estruendo de los bólidos, la aglomeración de gente y las interminables molestias que un circuito urbano de esta clase genera, que a buen seguro será utilizado también en carreras de menor fama. Y todo en una de las ciudades más ruidosas del Mediterráneo.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_