"En Anesvad no falta un euro. Lo saben desde el presidente al último empleado"
Bilbao
José Luis Gamarra (Bilbao, 1946), ex presidente de Anesvad y cónsul de Filipinas, cumple el miércoles siete meses de prisión en Basauri por una presunta apropiación de fondos de casi 5 millones de euros de la ONG. Desde la cárcel, responde a un cuestionario remitido por EL PAÍS.
Pregunta. ¿Sigue proclamando su inocencia pese al tiempo en prisión?
Respuesta. Rotundamente sí. Todas las acusaciones están probadas y explicadas hasta el cansancio en el juzgado y por dos veces ante la Audiencia de Vizcaya.
P. Asegura que puede probar donde están esos cinco millones
R. Son 4.602.130,89 euros. Se me imputan 914.550 euros, que fueron sustraídos por dos directivos de Anesvad, los devolvieron y están en Anesvad. Otros 218.096,89 euros es el saldo de cancelación de una cuenta de Misión de China [una de las procuradorías que gestionó Gamarra], para entregarlo a su titular. 900.000 euros de la cuenta de la Leprosería de Culión (Filipinas) [otra procuradoría] volvieron a Anesvad con destino a la referida leprosería. Otros 3.010 y 66.374 euros son gastos de notaría y de constitución y gastos de ampliación de capital de Equi Cursus [una de las sociedades creadas por Gamarra], y 2,5 millones de euros es una ampliación de capital de la referida mercantil.
"Mi asunto ha sido un juicio mediático o paralelo. ¿Por qué no quiere la juez que declare? Todo parece muy extraño"
"Los 'jóvenes valores' de Anesvad carecen de espíritu y dudo que sepan lo que es el altruísmo. Sólo buscan su interés personal"
P. Pero las acusaciones son muy graves...
R. No son graves, sino gravísimas. ¿Qué mente sana puede pensar que, después de vivir años en la isla de Culión cuidando a los enfermos y siendo nombrado hijo adoptivo por dos ocasiones, pueda apropiarme de esa suma?
P. Ha intentado declarar por segunda vez ante el juzgado pero lo ha rechazado.
R. Mi única declaración es el 16 de marzo. Después me han imputado nuevos cargos como cuentas en Suiza y Francia, de las que nadie me ha tomado declaración. La primera tiene origen en una herencia a Anesvad de un socio, amenazado por ETA que sacó un dinero a dicho país y era imposible, por ello, traerlo a España. De acuerdo con el albacea, tras mucho sopesarlo, decidimos abrir a mi nombre una cuenta en Suiza y desde la misma realizar transferencias a proyectos de Anesvad. Hoy dicha cuenta está bloqueada. Lo de Francia es más curioso: en 2000 una fundación de EE UU empezó a entregar unos 60.000 dólares al año para lucha contra la lepra. La entrega tenía que realizarse fuera de España y se abrió una cuenta a nombre de Anesvad con la firma de tres apoderados, entre ellos la mía. Cuando acabaron los donativos, cancelamos la cuenta y transferimos la totalidad del saldo a Anesvad en Bilbao. Fue en abril de 2004.
P. ¿Por qué se crearon dos sociedades, como dice el juzgado, para obtener más dinero en vez de destinarlos a proyectos?
R. Se creó una sola, Equi Cursus, pero los fondos no eran de Anesvad sino de la Leprosería de Culión, que era un procura independiente de Anesvad. La cuenta de la leprosería tenía casi 300 millones de pesetas que no se podían enviar sin más. La ley de Fundaciones establece un plazo de cuatro años para destinar los ingresos recibidos. Con mentalidad capitalista, pensé en rentabilizar al máximo ese dinero.
P. En la memoria de Anesvad de 2006 se reflejan unos recursos de 35,5 millones, de los que a proyectos de desarrollo se dedican el 37,5%, cuando la ley de Fundaciones fija un porcentaje del 70%. ¿Por qué se hizo así?
R. Creo que se refiere a la memoria de 2005, porque la de 2006 inexplicablemente está sin editar. Cuando 2005 estaba casi finiquitado, y alcanzado el 70% reglamentario a fines, nos ingresaron 8 millones de euros de una herencia. Así el porcentaje descendió a un 59% y lo advertimos al Protectorado de Fundaciones. 2005 fue el único año que se ha alcanzado ese 70%.
P. ¿Por qué se indemnizó con más de 312.000 euros a los dos altos directivos que encima se llevaron casi un millón de Anesvad?
R. El primer motivo fue que trascendiera al exterior. Se camufló su salida con una prejubilación y un máster en cada caso. El segundo fue humano por su trabajo espléndido durante tantos años.
P. En las diligencias se habla de una gestión confusa de sus cuentas, con traspasos de Anesvad y a la cuenta del consulado.
R. Jamás ha habido un traspaso de las cuentas del consulado a las de Anesvad, ni viceversa.
P. Si no se ha apropiado de ningún dinero, ¿a qué atribuye todo esto?
R. Tras abandonar Anesvad los dos directores, un personaje [el denunciante anónimo que abrió la investigación] y otros seis o siete mandos intermedios comenzaron un proceso de acoso y derribo. Pretendieron que dimitiera yo y todo el Patronato. Fueron seis meses de máxima tensión y sin trabajar. Estos responsables chicos ONG estuvieron robando su propio sueldo. Como no tenía arreglo, se optó por despedirlos.
P. ¿Hay miembros del actual equipo directivo implicados en lo que usted ha considerado como una conspiración y venganza?
R. No creo que actúen por conspiración y venganza. Simplemente se han sentido liberados para hacer lo que les dé la gana. Los jóvenes valores intentaron presentarse como acusación particular. Pero no pueden acusar. Porque en Anesvad no falta un euro. Y eso lo saben desde el presidente al último empleado.
P. Le han denegado la libertad por riesgo de fuga.
R. Creo que mi asunto ha sido un juicio mediático o paralelo. Tengo mis pocos bienes embargados y mi pasaporte retirado. Si saliera de España, ¿de qué iba a vivir? ¿Por qué no quiere la juez que declare? Todo parece muy extraño.
P. En una ONG, aunque se cobre, ¿no hay altas dosis de altruismo?
R. Debiera haber. Los jóvenes valores en Anesvad carecen de espíritu y dudo que sepan lo que es el altruísmo. Sólo buscan su interés personal. Nada más dimitir yo de presidente, [el 1 de mayo] el Patronato modificó los estatutos. Han conseguido jornada intensiva para todo el año, en agosto no ha quedado ni media docena sin ningún jefe, directivo o persona con firma. De 30 días naturales de vacaciones, el que menos ha disfrutado son 38 y algunos hasta 45. El Patronato ha consentido y aprobado todo esto.
P. ¿Qué opina de que una administración judicial gestione Anesvad, como ha decidido el juzgado?
R. Es casi imposible que dirijan Anesvad de peor forma. Va a ser difícil que encuentren administradores cualificados y que conozcan el día a día de una ONG.
P. ¿Tiene intención de volver a Anesvad en un futuro?
R. En la actual situación, no tengo ganas. Volvería si tuviera carta blanca para poder orden, pero lo veo imposible. Se me ha pasado por la cabeza irme a vivir a la isla de Culión y colaborar en el plan de desarrollo.
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