Aguas de Valencia competirá en el mercado que le es más próximo

"El futuro de Aguas está en manos de los valencianos y es una consecuencia lógica al compartir un mismo objetivo, que no es otro que el de crear una empresa de referencia nacional". El nuevo presidente de Aguas de Valencia, Eugenio Calabuig, ha iniciado su mandato con un mensaje claro, el de la expansión. Un objetivo que empezará por el mercado que le es más próximo, Alicante y Castellón, para ampliarse a otras autonomías.

Aguas mantiene una posición hegemónica en la provincia de Valencia, pero su presencia en el resto de la Comunidad Valenciana apenas es simbólica. La ambición de la empresa es tener una dimensión nacional, pero la lógica plantea un comienzo por lo más cercano, donde se tiene que enfrentar a otras dos sociedades muy consolidadas, Aguas de Barcelona y Facsa.

En el caso de Alicante, Aguas de Alicante, participada por Aguas de Barcelona, ha copado la concesión de suministro y de distribución de agua. El contrato de la capital está prorrogado y, aunque inicialmente fue recurrido, actualmente existe una calma que puede interrumpirse en el momento en el que se acerque la renovación del suministro, aunque para ello falte casi una década.

Como respuesta a la posibilidad de que Aguas de Valencia puje por entrar en Alicante más allá de las concesiones y servicios que actualmente presta, Eugenio Calabuig sólo indica que "nuestra vocación es consolidarnos como empresa referente en la Comunidad Valenciana". La misma respuesta vale para Castellón, mientras que en el caso de Murcia, el nuevo presidente de Aguas sí admite haber empezado a plantear acuerdos que permitan la constitución de sociedades con empresarios locales para entrar en la región. En primer lugar, se apostará por instalaciones para la depuración de agua para, posteriormente, en un plazo aproximado de cinco años, comenzar a pujar por las concesiones de distribución. En esta zona, Aguas de Barcelona abarca aproximadamente el 70% del suministro de la provincia de Murcia, con lo que pese a cambiar de comunidad, el competidor es el mismo.

Hacia el norte, Facsa es, sin lugar a dudas, la principal empresa de agua de la provincia de Castellón. Sin embargo, la situación puede cambiar tras la alianza a la que ha llegado Aguas de Barcelona con el grupo Marina d'Or que, de momento, ya se han quedado con el suministro de parte de un municipio, Cabanes, cuyo contrato de concesión era de Facsa. La nueva adjudicación está recurrida pero, en cualquier caso, la creación de la nueva sociedad tiene como objetivo la prestación de los mismos servicios que Facsa. Ante esta situación, el nuevo presidente de Aguas de Valencia desborda el listado de buenos calificativos para la empresa castellonense pero también añade que "Aguas de Barcelona es una gran empresa y para pelear con ella hay que tener un gran tamaño". No en vano, Calabuig procede de Facsa, donde permanece parte de su familia. Sin embargo, ahora, al margen de esta sociedad y como nuevo presidente de Aguas de Valencia, no puede descartar oficialmente la posibilidad, aunque sea lejana, de llegar a una fusión con Facsa. Además, la concesión de la capital de La Plana también está en tiempo de prórroga y será el nuevo consejo de Aguas de Valencia quien tendrá que decidir si, en el momento en el que se abra un nuevo concurso, acude con una oferta.

Aguas de Valencia ya presta servicios en Aragón, Cantabria, Castilla-La Mancha, Cataluña, Murcia, Navarra y País Vasco.

El grupo acaba de concluir el proceso de la oferta pública de adquisición (OPA), en el que Agval (compuesta por los antiguos socios valencianos), se ha convertido en accionista mayoritario de la sociedad con 60,7 % del total. Calabuig admite que la OPA no fue más que un trámite necesario para agrupar las acciones del Banco de Valencia, Facsa, Lubasa y Boluda y concluir así un reclamado proceso de valencianización. Sin embargo, el hecho de que sólo el 7% de las acciones permanezcan en bolsa hace poco atractivo para el inversor su entrada.