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Una nueva sociedad

La ausencia de la viuda del rumano que se quemó evita altercados en su funeral

Marian Mitrita, el rumano que falleció hace dos semanas en Valencia después de quemarse a lo bonzo ante la subdelegación del Gobierno de Castellón, fue enterrado ayer en Targoviste, su población natal, acompañado por cientos de familiares y amigos. Los asistentes al funeral expresaron su rabia y su dolor. La ausencia de la viuda de Mitrita, Ionela, y de sus dos hijos, evitó, sin embargo, altercados como los que se produjeron hace unos días durante la llegada del féretro del emigrante a la localidad. En aquella ocasión, familiares del fallecido intentaron linchar a la mujer, a la que reprochaban haber vuelto a Rumanía dos días antes de que Mitrita falleciese en la unidad de quemados del hospital La Fe.

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"Le dejó morir en el hospital, solo, como un perro entre los extranjeros, y volvió a su casa cuando él en realidad necesitaba su apoyo y el de sus hijos", declaró ayer Luminita Mitrita, hermana del inmigrante.

Debido a su condición de suicida, la ceremonia religiosa en el cementerio cristiano ortodoxo de Targoviste, una ciudad de 80.000 habitantes situada a 100 kilómetros al noroeste de Bucarest, tuvo que celebrarse en una capilla subterránea y no en la iglesia.

Pobreza y abandono

La indignación de la familia etnia gitana, que vive en el periférico barrio de Prepeleac, una zona especialmente deprimida del país, se volcó tanto hacia la pobreza en la que viven, como hacia la policía española, a la que acusan de pasividad, y hacia la esposa del fallecido.

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Según la versión de la hermana y la madre del emigrante, éste habría decidido prenderse fuego junto al resto de su familia para protestar ante las autoridades españolas y para reclamar ayuda para poder regresar a casa, ya que carecían de los 400 euros que costaban los pasajes hasta Rumanía. La viuda, finalmente, habría decidido dejarle solo en la iniciativa e incluso le habría dado su mechero para prenderse dado que el de Marian no funcionaba, aseguraron ayer.

La familia del emigrante ha centrado en la mujer toda la rabia por la muerte del hombre, de 44 años. La acusan de haber incitado a su esposo a abandonar Rumanía para buscar trabajo en España, junto con sus dos hijos, Izabela, 17 años, y Dragos, de tres, por lo que la califican de "madre irresponsable". La viuda ha pasado las últimas noches bajo protección policial a la espera de ser ingresada provisionalmente con sus hijos en un centro de asistencia social, señalaron fuentes de la Policía.

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