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Reportaje:

La lista de Pau Casals

Una exposición en El Vendrell cuenta el exilio del mítico violonchelista y sus donaciones a los republicanos

Mientras una parte del ejército se alzó en armas contra la II República el 17 de julio de 1936, Pau Casals ensayaba en el Palau de la Música Catalana con el Orfeó Gracienc. Tres años más tarde el genial violonchelista y director de orquesta tenía ya 63 años, pero en su exilio comenzó una nueva vida que le llevó a convertirse en símbolo internacional de la defensa de la libertad, la paz y el catalanismo. Esta parte de su vida no tan marcada por la música sino por la ayuda a los exiliados, a los que envió una fortuna de su propio bolsillo para que pudieran sobrevivir, es lo que recoge la exposición Pau Casals y el exilio, que se ha inaugurado en la Vil·la Pau Casals de El Vendrell (Baix Penedès).

En 1939, Casals se exilió en Prada de Conflent. "Se instaló en el Gran Hotel de Prada y allí abrió una especie de oficina que funcionaba como una ONG. Recibía peticiones de ayuda, y él decidía la cantidad de dinero que enviaba", explica la comisaria de la exposición, Núria Ballester. Pau Casals lo dejó todo anotado, todas las peticiones detalladas, todos los recibos guardados, en docenas de hojas manuscritas en las que figuran largas listas con los nombres y apellidos de centenares de refugiados republicanos y el dinero que Casals les envió: 100 francos era la ayuda pequeña, que equivaldrían hoy a algo más de 20 euros. Las ayudas mayores podrían alcanzar la cifra de 10.000 francos, una pequeña fortuna de la época.

"Lo hizo mientras su situación económica no era muy favorable... ofreció muchos conciertos benéficos, y por eso muchas de sus donaciones provenían de su fondo personal", añade Ballester. Estas listas de personas a las que Casals ayudó en sus peores momentos del exilio, entre 1939 y el fin de la II Guerra Mundial, estaban en manos de su esposa, Marta Montáñez, en Washington. El violonchelista se los llevó consigo en 1956 cuando abandonó Prada de Conflent para proseguir su exilio en Puerto Rico.

En plena Guerra Fría, y tras comprobar que las fuerzas aliadas no acabaron con el fascismo en Europa al sostener el régimen del dictador Francisco Franco, Casals trató sin éxito de convencer a tres líderes de Estados Unidos para que intervinieran. Antes, en 1945, rechazó una invitación para tocar en el Reino Unido y, como protesta por la no intervención aliada en España, se negó a actuar en los países aliados. En junio de 1950 escribió al presidente de Estados Unidos Harry Truman: "Soy sólo un hombre que cree en la democracia y ama la tierra de su Cataluña natal y de España, en la que Cataluña está incluida". En esta carta, Casals subraya a Truman la pérdida de libertades que ha supuesto para Cataluña el franquismo.

Tal fue el peso de Pau Casals en la política catalana en el exilio que el 13 de julio de 1954 recibió un telegrama desde México, firmado entre otros por el que poco después sería presidente de la Generalitat en el exilio Josep Tarradellas. El original del texto está es en catalán: "Creyendo interpretar voluntad unánime del pueblo catalán os pedimos hagáis el honor de aceptar el cargo de presidente de la Generalitat". El violonchelista lo rechazó, convencido de que "sirvo mejor a Cataluña en las circunstancias actuales como la sirvo" y de que su vinculación política "disminuiría la eficacia [de la defensa de Cataluña] de carácter independiente y espiritual".

En noviembre de 1960 Pau Casals escribió a John Fitzgerald Kennedy loando su elección como presidente de Estados Unidos y esperando que su mandato sirva para "el rescate de los valores para los que la humanidad está ahora luchando". Dos años más tarde, y tras una intervención del Secretario de Estado estadounidense, Dean Rusk, en Madrid, loando el Gobierno de Francisco Franco, se dirigió de nuevo a Kennedy: "Me han causado un gran dolor. Es deplorable que un representante de Estados Unidos pueda tener frases de elogio para uno de los más representativos dictadores de la historia, como es Francisco Franco".

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La exposición, de pequeño formato y que reúne copias y originales de este tipo de documentos, estará en El Vendrell hasta fin de año. Luego iniciará una itinerancia aún sin concretar que pasará por Granada (junio) Prada de Conflent (julio) y Puerto Rico (febrero de 2009).

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