_
_
_
_
_
Crítica:EL CANON CATALÁN
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

El mundo como corona

Como en una corona se encierra el mundo creado en esta novela caballeresca impresa en Valencia en 1490. La figura de la corona que un escritor alemán del siglo XIII utilizó para cifrar a través de ella la nueva estética literaria que ambicionaba ya la creación de "un mundo" -como ocurre en el Lancelot en prosa-, conviene perfectamente a esta obra escrita por el caballero Joanot Martorell, en la que los actos narrados, los gestos descritos, las palabras dichas, poseen la voluntad de totalidad, sin que nada quede abierto ni nada pueda añadirse. En la historia narrada se concentra la forma de existencia de toda una clase social, la caballería, mostrada en todo detalle según las necesidades de visualización tan acuciantes en toda la literatura de la época, y sobre todo aislada de cualquier contacto con otra realidad. Ensimismado es el mundo al que la novela da vida, y en ese sentido, profundamente hundido en el sueño. En el espejo que el relato levanta, la caballería de la época tuvo que reconocerse en todos los detalles, en las celadas y en las jacerinas, pero indudablemente tuvo que celebrar su tan renovada imagen, porque en Tirant -como quizás en ninguna novela que merezca el nombre- no hay ninguna imitación de la realidad, sino construcción de ella. Y así, el mundo de Tirant se despliega ante nuestra mirada fascinada como también tuvo que hacerlo ante la de sus coetáneos. Porque la creación de un mundo fascina siempre.

2TIRANT LO BLANC

Joanot Martorell

La primera edición se publicó en 1490 en Valencia. Siete años después se imprimió también en Barcelona. En el mercado se pueden encontrar varias ediciones en castellano, entre ellas una publicada por Alianza Editorial en 2005 con prólogo de Mario Vargas Llosa, autor de tres ensayos sobre el libro recogidos en 'Carta de batalla por Tirant lo Blanc'. Las ediciones en catalán más recientes son de Edicions 3 i 4 y Angle Editorial. La biografía de Joanot Martorell está llena de lagunas. Se cree que nació en Gandía entre 1413 y 1415, en el seno de una familia valenciana noble. En 1433, ya era caballero. Pronto se embarcó en una disputa epistolar contra su primo Joan de Monpalau, al que acusó de deshonrar a su hermana Damiata. Realizó varios viajes a ciudades como Londres o Nápoles. Murió, soltero, en 1468. Había comenzado la redacción de 'Tirant lo Blanc' en 1460.

El cerrado "mundo" de Tirant contrasta con su apertura geográfica: de la isla de Bretaña hasta Constantinopla. El internacionalismo caballeresco será primer fundamento para la construcción de su mundo, pues desde sus primeras expresiones literarias -desde Chrétien de Troyes en el siglo XII- la caballería se vio a sí misma ejercitada en el movimiento por escenarios distintos (desde el bosque bretón de Broceliande, mítico en los cuentos celtas, hasta una Europa señalada por los lugares de torneo -como por ejemplo aparece en las Crónicas de un Froissart- o una Tierra Santa marcada por la devoción, según se deriva de los relatos de las Cruzadas), pero en definitiva siempre errante, despreocupada por las diferencias lingüísticas y nacionales, según un espíritu de aventura que le conducirá al descubrimiento de lejanos horizontes. El segundo fundamento lo ofrecerá la unión de armas y amor que desde su primer planteamiento en la célebre historia de Geoffrey de Montmouth (1137) fijó las normas de las relaciones entre los sexos, como se manifiesta en la escena de los juegos realizados durante la coronación del rey Arturo en la que las mujeres seguían desde lo alto de las torres con los ojos incendiados de amor las proezas en los combates caballerescos; también el amor solo, el gran tema que en la Europa medieval rescató con Dante el estilo elevado, perdido desde la antigüedad clásica.

Sobre estos fundamentos tradicionales se erige el nuevo edificio en el que se respiran los aires "otoñales": intenso ritualismo en las ceremonias y alegorización de todo el universo caballeresco en la búsqueda obsesiva del significado, los nuevos ingredientes de la caballería de los siglos XIV y XV. Pero a diferencia de los Palmerines (1581-1588) y el Amadís de Gaula (1508) -desde Cervantes compañeros de Tirant-, la novela nunca se interna en la zona de la fantasía, sino que es en territorio conocido donde concibe el sueño. Diría que el sueño de Tirant no procede ni de lo fantástico ni de lo maravilloso, a la manera de los libros de caballerías castellanos o incluso de una Muerte de Arturo de sir Thomas Malory (1485), sino de una coloración especial, como la que aflora en las miniaturas del magnífico manuscrito de René de Anjou de Viena y que le conceden esa tan intensa irrealidad. Pues aunque, como sucede en las imágenes plásticas de la época, todos los elementos particulares sean representados con una fidelidad asombrosa en relación con lo que denominamos "lo real", lo cierto es que estamos ante un mundo en el que las palabras fluyen en abundancia justamente para asistir a su nacimiento.

Victoria Cirlot es profesora de literatura medieval en la Universitat Pompeu Fabra y autora de Figuras del destino. Mitos y símbolos de la Europa medieval.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_