El centro La Inmaculada interrogó a profesores sobre la libertad de cátedra

La Escuela de Magisterio La Inmaculada, adscrita a la Universidad de Granada y que despidió a un profesor por "no sentir la llamada de Cristo" el pasado julio, interrogó acerca de la libertad de cátedra a los aspirantes a sustituir a dicho docente. En el proceso abierto para sustituir al profesor de Educación Física Josué González y a otro profesor de dibujo, ambos despedidos, el comité examinador preguntó a los aspirantes su opinión sobre la libertad de cátedra. Varios docentes han denunciado que la libertad de cátedra está en peligro en dicha Escuela Universitaria desde que la congregación Ave María fue apartada de la dirección.

El comité de empresa de la Escuela Diocesana expresó ayer su "incondicional apoyo" a González en la demanda presentada contra el centro en el juzgado de lo social. "El trabajador ha recibido un trato discriminatorio y rechazamos las razones esgrimidas por la Administración del centro para cesarle". En un escueto comunicado, el comité quiso aclarar su respeto a la identidad cristiana del centro, su compromiso con la calidad de la educación universitaria, así como su defensa de la libertad de cátedra y de conciencia.

Por su parte, la Junta de Escuela, formada por los jefes de departamento del centro, estudia presentar un escrito ante la dirección para solicitar aclaraciones sobre el proceso de selección para cubrir los despidos. Un profesor denunció el pasado jueves: "Los profesores sustitutos son siempre de perfil más bajo".

A la vuelta de sus vacaciones, Josué González recibió su carta de despido a pesar de que su contrato expiraba en septiembre. El docente descubrió que su casillero, horario y extensión telefónica habían sido sustituidos y su puesto ocupado por otro docente. Al reunirse con la administradora Guadalupe Martínez, ésta expuso que buscaba gente que "sintiera la llamada de Cristo y pudiera evangelizar sus alumnos". Martínez admitió la valía profesional del docente, ya que redactó una carta de recomendación para otros centros tras la petición de González.

Al notificar el docente la demanda en los juzgados a la dirección del centro, ésta reaccionó y restituyó a González, para a continuación proponerle que acudiera a una entrevista de trabajo, después de dos años como docente del centro. "Era denigrante y me negué a acudir. Una de las preguntas fue: ¿qué opina usted de la libertad de cátedra?"

González, ex alumno de La Inmaculada, defendió ayer las razones para denunciar al centro: "No es una cruzada contra la escuela, sino que pretendo que no se produzcan irregularidades y que mejore la calidad docente, en un lugar donde antes se podía trabajar con libertad". González confía en ganar el juicio el próximo noviembre para regresar e impartir clases. "El 90% de los compañeros son muy tolerantes. Mis antiguos profesores son como mis hermanos mayores", apuntó.

Mientras que una portavoz del centro minimizó ayer la polémica generada en torno al despido, el arzobispo de Madrid Antonio María Rouco Varela inauguró el día anterior el curso académico del nuevo instituto teológico Lumen Gentium de Granada. Rouco Varela defendió el derecho de la Iglesia a intervenir en la polémica sobre la asignatura Educación para la Ciudadanía. "El Estado quiebra si la Constitución no garantiza el derecho fundamental de los padres a la formación moral y religiosa de sus hijos", denunció.