En Parla, junto al enemigo

Quería la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, lucir su política de escuelas infantiles después de que el Gobierno central anunciase la pasada semana su compromiso de universalizar progresivamente la educación de cero a tres años. Y qué mejor que hacerlo en la casa del adversario: Parla. Su alcalde es Tomás Gómez, el líder de los socialistas madrileños.

Así es que manos a la obra. Hasta allí se fue ayer Aguirre para inaugurar escuelas infantiles. Y no fue una. Ni dos. Sino tres las guarderías públicas en las que la presidenta, acompañada por el alcalde y la consejera de Educación, Lucía Figar, fue descubriendo placas conmemorativas. Tanto tiempo pasaron juntos los primeros espadas del PP y el PSOE de Madrid que proliferaron las perlas y algún que otro dardo. Eso sí, siempre con la mejor de las sonrisas.

La mañana comenzó en la escuela infantil El Naranjo. Allí esperó Tomás Gómez la llegada de Esperanza Aguirre. Allí esperaban también un grupo de padres del colegio público Trabenco de Leganés, que mantienen desde principios de septiembre un conflicto con Educación. La recibieron con pancartas y a gritos de "Tenemos la esperanza de que nos escuches".

Más tarde sería el propio secretario general del PSM el que trasladaría a la consejera una petición de reunión con el alcalde de Leganés para dar solución a las diferencias con los padres del colegio. La propia Aguirre zanjaría la cuestión, públicamente primero, y a una de las manifestantes, después. Será ella misma la que se reúna con el regidor de Leganés, pero insistió en las líneas rojas que ha venido marcando su Gobierno: no a la elección de profesores, y no a la negociación con los padres.

Era uno de los mano a mano que dejó el día. Pero no fue el primero. Apenas unos minutos antes, durante el descubrimiento de la primera placa de la mañana, la presidenta lanzaba su primer dardo envenenado a Tomás Gómez: "Espero que ya tengas la bandera puesta en el Ayuntamiento". El alcalde de Parla apenas sí cambió el gesto para replicar: "No te preocupes, también velaremos por el cumplimiento de la ley en todos los centros que dependen de la Comunidad de Madrid".

Pero el momento álgido llegaría después. Ya en los pasillos, el alcalde de Parla fue abordado por los medios de comunicación. Habló de la posibilidad de que su ciudad cuente con una universidad, del desdoblamiento de la M-410 o de la Ley de Dependencia. Pero también habló de la inversión para Madrid contenida en los Presupuestos Generales del Estado y pidió "más ambición" al Gobierno regional, puesto que, continuó, "todo lo que han pedido había sido ya incluido en los Presupuestos".

Aguirre, que había seguido la intervención de Gómez detrás de él, no se contuvo: "Tenía que haber venido Paco Granados para hacer declaraciones como secretario general del PP", lanzó. Y continuó: "El buen amigo Tomás está aquí como alcalde, no como líder del PSM". Una vez se hubieron distanciado lo suficiente, la presidenta apuntilló: "Eres un cachondo".

Segunda placa. El alcalde se acercaba a Aguirre y Figar y les hacía una confidencia: no le gusta que su nombre aparezca en las placas conmemorativas. Se cambiarán, le responden.

El resto de la visita ganó en distensión. "No tengo tu teléfono, Tomás", le planteó Aguirre.

Incluso conversaron de su futuro político. "¿Irás en la lista de las generales?", le soltó Gómez. "No soy aspirante", contestó Aguirre, aunque apostilló que "la vida da muchas sorpresas". "Bueno, ya me dirás dónde estás en un año y medio", contraatacó el alcalde. "No sé tú; yo, en la Comunidad de Madrid", respondió ella.

Llegó la foto oficial. Tomás, antes de marcharse, agradeció a la presidenta las mayorías absolutas del PSOE en Parla. Aguirre fue espontánea: "Se lo agradecerás a Gallardón, que fue quien no te hizo el hospital y te dio más votos".