_
_
_
_

Los 'tories' retan a Brown a adelantar las elecciones británicas

Los sondeos castigan a los conservadores

El líder del Partido Conservador británico, David Cameron, retó ayer a Gordon Brown a que convoque elecciones anticipadas. Pese a su bravata, Cameron pareció tenso y nervioso en una larga entrevista en la BBC horas antes de la apertura del congreso anual de los tories en Blackpool. Las últimas encuestas confirman la robusta ventaja de los laboristas y se han convertido en el principal argumento de quienes defienden el adelanto desde el partido del Gobierno.

Cameron necesita esta semana un milagro semejante al que ocurrió hace dos años en el mismo escenario que desde ayer acoge a los congresistas conservadores. Entonces, 20 minutos de inspiración y un discurso pronunciado sin notas -pero aprendido de memoria, no improvisado- le dieron el triunfo en la carrera para conseguir el liderazgo tory. Aquel día derrotó a David Davis, un representante del conservadurismo tradicional.

Desde entonces, Cameron ha llevado el partido hacia el centro político con su defensa de un "conservadurismo compasivo", mucho más inclusivo, con una agenda que se quiere moderna y en la que el medioambiente, los homosexuales, las madres solteras, las minorías étnicas, la igualdad de oportunidades o los servicios públicos hacen sombra a la tradicional preocupación de los tories por impuestos bajos, mano dura con la inmigración y la delincuencia, o selectividad educativa basada en la capacidad de cada estudiante.

El giro de Cameron hacia el centro, monopolizado en los últimos 10 años por el Nuevo Laborismo, y su imagen dinámica y telegénica empujaron al alza a los tories por primera vez desde 1997. Las batallas entre Tony Blair y Gordon Brown contrastaban con la unidad de los conservadores. Pero esa unidad se ha ido resquebrajando a medida que el estilo ha tenido que ir siendo sustituido por la sustancia y los conservadores más tradicionales han dejado de sentirse identificados con el programa modernizador de Cameron. Las primeras tensiones empezaron a notarse antes del verano, sobre todo en materias como educación.

Dudas en la derecha

La llegada de Brown a Downing Street y las dudas que ha empezado a suscitar la figura de David Cameron, el contraste entre un primer ministro incapaz de ser telegénico pero con imagen de trabajador y eficiente, y un líder de la oposición que a menudo parece querer ser un nuevo Tony Blair, han dañado las perspectivas de victoria de Cameron.

Conocer lo que pasa fuera, es entender lo que pasará dentro, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Los sondeos empezaron a cambiar nada más llegar Brown al poder, a final de junio, y la ventaja laborista se ha consolidado después del verano, convirtiendo la posibilidad de anticipar a octubre las elecciones, que en principio se esperaban para mayo de 2009, en una tentación casi irresistible, aunque en cierto modo contra natura para el normalmente cauto Gordon Brown.

"Siempre he dicho que deberíamos tener elecciones anticipadas. Estamos preparados", proclamó ayer Cameron en el programa de la BBC Andrew Mar Show. Un reto poco creíble por su lenguaje corporal y porque el líder conservador no tenía más remedio que exigir los comicios a pesar de salir personalmente malparado en las encuestas en las comparaciones con Brown.

Muchos medios dan las elecciones por seguras, pero algunos comentaristas vaticinan que no será así, porque los asesores más veteranos están advirtiendo al primer ministro de que los británicos no entenderían cuál es la urgencia nacional que les obliga a aguantar una campaña y una votación cuando el frío y la oscuridad a media tarde convierten ambas cosas en algo muy poco apetecible.

Celebrar unos comicios en esas condiciones, sin una razón de interés nacional que lo justifique, puede ser juzgado por los británicos como una maniobra oportunista con el único objetivo de aprovechar la aparente debilidad tory o como un intento de adelantarse a hipotéticas malas noticias, sobre todo en el terreno de la economía, en el que se vislumbran nubarrones.

Cameron (segundo por la derecha) y el alcalde de Nueva York, Bloomberg, pasean con sus parejas en Blackpool.
Cameron (segundo por la derecha) y el alcalde de Nueva York, Bloomberg, pasean con sus parejas en Blackpool.REUTERS

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_