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Los sindicatos agrarios quieren declarar Cataluña "territorio libre de transgénicos"

El maíz es el único cultivo transgénico permitido y ha pasado del 12% al 40% desde 2003

El aumento progresivo de la superficie de cultivos transgénicos, también conocidos como organismos modificados genéticamente (OMG), preocupa a los agricultores y a los consumidores de Cataluña por los efectos negativos que pueda tener esta producción en el medio ambiente, en la salud humana y en la agricultura. Los principales sindicatos agrarios y algunas formaciones políticas reclaman a la Generalitat que los prohíba y que declare Cataluña territorio "libre de transgénicos".

Hoy sólo se puede cultivar de manera comercial maíz transgénico, aunque se está empezando a experimentar con arroz, tubérculos y hortalizas. El Departamento de Agricultura, que dirige el socialista Joaquim Llena, reconoce que en Cataluña había el año pasado 49.000 hectáreas plantadas de este cultivo, de las cuales unas 20.000 eran de maíz modificado genéticamente. Ramon Lletjós, subdirector de Agricultura, asegura que la superficie de maíz transgénico ha pasado del 12,5% al 40% desde 2003.

Iniciativa-Verds ha iniciado una campaña para conseguir que en Cataluña no haya ningún cultivo modificado genéticamente y con ese objetivo hará llegar una carta al consejero Llena, para reclamarle que lidere el debate "porque es su responsabilidad" conseguir un acuerdo entre los departamentos implicados. "Su inhibición ha permitido llegar a la situación actual y que incluso se investigue para extender el cultivo de transgénicos en Cataluña", opina la portavoz de ICV, Dolors Camats.

Crece el maíz transgénico

Como primera acción, los ecosocialistas han transmitido a sus grupos municipales una moción para que todos los ayuntamientos acuerden declarar sus términos municipales libres de transgénicos y pedir al Gobierno central y al catalán que paralicen la legislación que regulará la coexistencia entre cultivos transgénicos y otras formas de producción agraria. Rubí y Ripoll han sido los primeros municipios en sumarse a la red de regiones libres de OMG, de la que ya forman parte Euskadi, Asturias, Menorca, 15 regiones francesas y la totalidad de Grecia.

Un transgénico es un organismo vivo que ha sido creado artificialmente, manipulando sus genes. Las técnicas de ingeniería genética permiten aislar segmentos del ADN de un ser vivo (virus, bacteria, vegetal, animal o persona) para introducirlos en el material hereditario de otro. La biotecnología defiende este tipo de cultivos para mejorar los productos agrícolas haciéndolos más resistentes a las plagas, al frío y a los herbicidas.

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La lucha contra las plagas es uno de los argumentos que esgrimen los responsables de Agricultura para justificar el aumento de la superficie de maíz transgénico. "Si ha aumentado", explica Lletjós, "es porque los agricultores de la zona del Ebro tienen un gran problema con la presencia de un gusano que perfora las plantas y merma considerablemente la producción de maíz. Hemos experimentado con variedades resistentes a esta plaga y por eso ha aumentado la superficie. En países de nuestro entorno, como Francia, Alemania e Italia, sucede lo mismo".

En Cataluña aumenta progresivamente el rechazo a los transgénicos. Los principales sindicatos agrarios y diversas organizaciones ecologistas y de consumidores consideran que existen demasiadas incertidumbres científicas sobre el comportamiento de las plantas y sus efectos en la agricultura convencional, el medio ambiente y la salud de las personas. En Cataluña, por ejemplo, la única variedad autóctona de maíz ya no podrá cultivarse por haber resultado contaminada en 2006 por una variedad transgénica que estaba prohibida desde hacía dos años por provocar resistencia a los antibióticos en humanos.

"Es una vergüenza que los gobiernos no acaben con esta práctica que se ha convertido en un gran negocio para las cuatro multinacionales que monopolizan el mercado de las semillas, las cuales acabarán controlando el mundo a través de los alimentos", afirma Josep Pàmies, miembro del sindicato agrario Assemblea Pagesa y destacado activista antitransgénico de Lleida a través de la plataforma Som lo que sembrem. Esta entidad recogerá firmas para avalar una iniciativa legislativa popular y reclamar que el Parlament declare Cataluña territorio libre de transgénicos.

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