Ridao garantiza la estabilidad, pero no renuncia a la independencia

La oposición no pudo hurgar ayer, como en los debates parlamentarios de la anterior legislatura, en los sobresaltos provocados por Esquerra Republicana (ERC) al Gobierno de coalición. Este positivo cambio fue lo que el portavoz republicano, Joan Ridao, puso por delante antes de entrar en lo que su partido mantiene como perfil diferencial, pese a que no forma parte del programa de este Gobierno. Esquerra seguirá defendiendo, advirtió, el derecho de Cataluña "a decidir democráticamente su propio futuro (...) más allá de las contigencias del marco legal". Su objetivo es, dijo, "un cambio en las reglas del juego" entre Cataluña y España.

Ridao destacó que en los 10 meses que van de esta legislatura hay una "gobernación ordenada, estable" en un contexto de "progreso económico y social", con las mayores tasas de crecimiento económico (3,9%, en 2006) y las más bajas de paro (6,1%) en muchos años.

El positivo balance de la actuación del Gobierno lleva a los republicanos a garantizar su continuidad, pero no a ocultar que una de sus principales preocupaciones actuales sigue siendo la apertura de "perspectivas de futuro" para sus afanes independentistas. "No queremos la política de peix al cove, queremos el cove", proclamó.

La experiencia de la reforma del Estatuto se ha saldado, a juicio de ERC con un "sonoro portazo" al proyecto de la España plural que inicialmente ofreció el presidente Rodríguez Zapatero. Ridao concluyó de ello que, en Cataluña, "el autonomismo está en retirada", el federalismo no puede prosperar en España y, por lo tanto, lo que procede es dar la batalla para ejercer "el derecho a decidir".

El presidente José Montilla rechazó este planteamiento con claridad y firmeza, aunque sin dar a su posición el aire de un choque con su socio. Agradeció la apuesta de ERC por la "cohesión y la estabilidad". Pero además, precisó, Cataluña ejerce ya su derecho a decidir sobre sus intereses. Lo hace "a través de sus instituciones" y "participando al máximo posible en las que configuran nuestro complejo marco político". Ésta es la vía, insistió.

El horizonte de futuro para los próximos años es, señaló el presidente, "un desarrollo progresivo y ambicioso del Estatuto". Montilla agregó que en esta tarea confia "seguir haciendo mucho camino juntos", con sus aliados republicanos.

El debate entre Ridao y Montilla sobre esta cuestión llegó a un punto en que el propio portavoz independentista tuvo que limitarse a tomar nota de la divergencia y a acotarla. Los respectivos ideales políticos, reconoció Ridao, "no son del todo coincidentes". Pero "no pasa nada", añadió, "porque ya se sabe que somos partidos con objetivos distintos".

La diferencia con los independentistas la había señalado antes el portavoz del grupo socialista, Miquel Iceta, en términos menos diplomáticos, si cabe. "Queremos seguir trabajando para aumentar el autogobierno y transformar España en un sentido federal (...), la opción independentista, plenamente legítima, no es, evidentemente, la nuestra", dijo. Añadió que, además, "no parece que sea para mañana" la transformación en mayoritario del independentismo en Cataluña.