Calderón, retenido en Nueva York
El presidente del Madrid fue confundido con un narcotraficante
Ya se lo habían advertido varios socios el día de la asamblea de compromisarios hace dos domingos: "No viaje tanto don Ramón, un presidente de un club tan importante como el Madrid debería quedarse siempre con su equipo". Pero, en la madrugada de ayer, mientras los jugadores descansaban en sus casas, el presidente del club blanco era retenido durante dos horas en el aeropuerto JFK de Nueva York. [Si ha sufrido un problema similar, cuéntenoslo en el correo lectores@elpais.es].
Había viajado con su esposa en un vuelo de línea regular. Le confundieron con un narcotraficante colombiano que estaba en la lista de los más buscados por la oficina de inmigración. "Yo soy español, no colombiano y no soy ningún traficante de nada, soy el presidente del Real Madrid", le dijo Calderón a los encargados de seguridad cuando le retuvieron en el control de pasaportes. Acababa de bajar del avión junto a unos otros cuarentas pasajeros.
La ciudad estaba bajo estrictas medidas de seguridad porque George Bush visitaba la ONU
La esposa de Calderón llamó al ministro del Interior, amigo íntimo. Su ayuda no fue necesaria
Su apellido coincidía, efectivamente, con un narcotraficante de Colombia. "¡A ver quién es este!", se preguntaban en la zona de control. Nadie se creía, previa comprobación de su versión, que ese señor alto y de pelo blanco era el presidente del club más rico del mundo. Menos aún en el día en que Nueva York estaba bajo estrictas medidas de seguridad debido a la visita de George Bush para presenciar una cumbre de la ONU. "Ha habido una confusión de identidad y podría haberle pasado a cualquiera", comentaba ayer David Jiménez, jefe de prensa de Calderón. Durante dos horas, el presidente del Madrid se sometió a un riguroso protocolo de seguridad y control. Primero le hicieron pasar por un escáner. Luego pasaron sus pertenencias. Y, por último, le entregaron un bolígrafo y un formulario. Tuvo que rellenar cada casilla -eso sí, sin tener que hacer ningún tipo de juramento- para aclarar quién era, de dónde venía, el motivo de su viaje a Estados Unidos, cuántos días se quedaría y donde se alojaría.
Si normalmente estos tramites de control tardan entre 10 y 15 minutos en solucionarse, el presidente del Madrid tuvo que aguantar dos horas sin poder salir del aeropuerto. Tanto tardaron las fuerzas de seguridad en comprobar que su apellido era español y que, efectivamente, no se dedicaba al narcotráfico sino a presidir un club de fútbol. Por si acaso y por si la espera se hiciera larguísima, la esposa de Ramón Calderón se puso en contacto con el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba -son íntimos amigos- para ponerle al corriente de la situación y solicitar su ayuda. Finalmente, no fue necesaria ninguna intervención ministerial.
No es la primera vez que los altos mandos del club blanco viven episodios curiosos en un aeropuerto. Hace año y medio, cuando acababa de estrenarse la T-4 de Barajas y Fernando Martín presidía al Madrid, Emilio Butragueño -por entonces vicepresidente- se quedó encerrado en unas dobles puertas de salida del aeropuerto al regresar de un partido de Champions. Los jugadores de la plantilla pasaron a su lado sin enterarse muy bien. Apareció Fernando Martín que, antes de abandonar la T-4 le gritó a unos miembros de seguridad: "que alguien saque al Buitre".
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