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La joven que fue arrojada a las vías en Madrid pide que su agresor sea encerrado de por vida

Jorge Ramos Vázquez, el homicida del metro de Madrid, de 26 años, rehusó declarar ante el tribunal que le juzga desde ayer. Ramos, de 24 años, es el autor confeso -"Mátame, pégame... acabo de arrojar a una chica a la vía del metro", dijo a un vigilante tras su acción- del crimen que conmocionó Madrid el 4 de octubre de 2005. Se colocó detrás de una joven en la estación de metro de Carabanchel y la empujó con vehemencia hacia los raíles justo cuando el convoy asomaba su cabeza.

Las secuelas de aquella acción siguen visibles dos años después y lo estarán de por vida en Miriam Alonso, la víctima, de 23 años. El tren frenó, pero ni ella pudo apartar una de sus piernas, ni las pesadas ruedas del tren detenerse a tiempo. Le amputó la pierna izquierda. "Nada es igual que antes, necesito ayuda y pido justicia", declaró al tribunal. "Me ha jodido la vida", manifestó luego a los periodistas. Y pidió que los jueces "encierren" a Ramos en la cárcel o en un psiquiátrico y se ocupen de que "no vuelva a salir en la vida".

La autoría del hecho parece incontestable. La admite el acusado y dos testigos que le vieron. "Yo estaba en el andén. Vi el cartel anunciando la entrada del tren. Miriam estaba en el borde. Jorge se puso detrás y con gran fuerza e ímpetu la empujó. Me puse a gritar...", declaró uno de ellos. Tras tirarla a la vía, Jorge se quedó quieto, mirando los efectos de su acción; luego caminó lentamente y al llegar a las escaleras echó a correr. Muy nervioso, se acercó, ya en la calle, a un vigilante del hospital Gómez Ulla. Uniendo las palmas, confesó al guardia lo ocurrido y le sugirió que le "matara".

Un año sin medicación

¿Por qué la empujó? Sólo en su mente está la respuesta. A los psiquiatras que le han atendido les ha dado algunas pistas. "Era una forma de hacer patente la presencia de Dios entre nosotros", ha dicho. A la Sección 23 de la Audiencia de Madrid le resta por resolver dos cuestiones clave: una, sí cabe aplicar a Jorge una eximente total o parcial por su esquizofrenia

paranoide (de las más graves patologías que anidan en algunas mentes); y dos, ¿quién indemnizará por el daño moral y personal sufrido por Miriam? El fiscal pide para Jorge siete años de cárcel por intento de homicidio y que pase 14 años en un centro psiquiátrico.

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La enfermedad de Jorge no surgió de pronto. Llevaba en tratamiento psicológico y psiquiátrico desde los 17 años. Pero cuando tiró al metro a Miriam hacía un año que no tomaba la medicación. Su padre y una hermana sufren una patología similar.

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