La Universidad de Lleida participa en un experimento que estudia cómo sobreviven en el espacio los microorganismos
La Universidad de Lleida (UdL) participa en un proyecto que tiene como finalidad estudiar la supervivencia de líquenes y microorganismos en el espacio y su comportamiento al volver a la atmósfera terrestre. El experimento Lithopanspermia, que ha partido ya hacia el espacio a bordo de un cohete Soyuz no tripulado desde Baikonur (Kazajistán), trasladará especies de líquenes de Gredos, Sierra Nevada, Guadalajara y otros microorganismos que viven en condiciones extremas.
En este proyecto participan también el Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial, el Consejo Superior de Investigaciones Científicas, la Universidad Complutense de Madrid, el Instituto de Medicina Aeroespacial de Alemania, la Universidad de Dusseldorf y la Universidad Open de Inglaterra.
El experimento estudia el comportamiento y los cambios que se producen en determinados microorganismos durante su viaje a través del espacio, a bordo del dispositivo Biopan VI, y durante la captura y aterrizaje con el dispositivo Stone, ambos de propiedad de la Agencia Espacial Europea (ESA) e integrados en el satélite Foton M-3. La cápsula, que pesa unos 400 kilos, lleva 40 experimentos europeos de diferentes disciplinas.
Jacek Wierzchos, responsable del Servicio de Microscopia Electrónica de la UdL e investigador del proyecto, ha explicado que la cápsula de Biopan se abrirá a unos 300 kilómetros de altura para soltar los líquenes y microorganismos, que estarán expuestos durante 12 días a condiciones extremas de radiación solar y cósmica, de temperatura y de microgravedad. Durante el vuelo, los experimentos europeos y el equipamiento serán monitorizados por ESA's Operations Team en el centro de operaciones de Payload, situado cerca de la población sueca de Kiruna.
El experimento permitirá a los científicos conocer la capacidad de supervivencia de los diferentes microorganismos en condiciones espaciales reales, sus posibilidades de supervivencia al entrar de nuevo a la atmósfera, la intensidad de los daños que se hayan producido en la estructura de sus células y ADN y los componentes más resistentes al transporte interplanetario. La actividad biológica de los microorganismos, la vitalidad celular, la capacidad de germinación o los cambios moleculares del material genético serán analizados por los investigadores con técnicas que incluyen la microscopia confocal, la citometría de flujo o la fluorescencia de clorofilas.
Según Wierzchos, el experimento contribuirá a completar los resultados obtenidos en una misión emprendida en 2005 en la que los líquenes sobrevivieron 15 días.
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