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Reportaje:

Ámsterdam apaga la luz roja

El Ayuntamiento convertirá 18 edificios de burdeles en viviendas para sanear el 'distrito rojo'

Isabel Ferrer

La operación de limpieza del distrito rojo de Ámsterdam ha dado comienzo. La zona, famosa por sus escaparates rojizos ocupados por las prostitutas a la espera de clientes, se ha convertido en un polo de atracción de los bajos fondos. Se blanquea dinero y se llevan a cabo dudosos tratos con ramificaciones en el terreno de la droga.

Deseoso de sanear unas calles también muy turísticas, el Ayuntamiento acaba de aplicar una fórmula osada: transformar en edificios familiares y comerciales una parte de los burdeles actuales. Para ser exactos, la operación incluye 18 inmuebles con 51 ventanas a pie de calle de venta de sexo valorados en 25 millones de euros. Su propietario se llama Charles Geerts y es uno de los mayores empresarios del sector. Un sujeto al que se relaciona con las mafias de la ciudad y está mal visto por un Consistorio que quiere romper desde dentro el ciclo de explotación y delincuencia que cerca a De Wallen, nombre coloquial del barrio.

Job Cohen, alcalde socialdemócrata de la capital holandesa, ha subrayado que "no piensa borrar del mapa urbano los escaparates para la prostitución". Aunque no sean del gusto de todos, las ventanas que atraen las miradas de paseantes y clientes "forman parte de la historia ciudadana". Lo que él quiere es luchar contra los propietarios de burdeles, sector legalizado en Holanda desde 2000, que aprovechan la situación para perpetrar actos delictivos. En el caso de Charles Geerts, a pesar de que niega estar presionado por las autoridades, la verdad es que no parece vender sus casas con excesivo entusiasmo. Tal vez sea porque el acuerdo que ha firmado le obliga a no invertir de nuevo en De Wallen, y a evitar sectores conflictivos como las salas de juego y los cafés donde se puede fumar hachís.

El proyecto municipal es el resultado del sonoro fracaso registrado por la norma que despenalizó los burdeles. No mejoró las condiciones laborales de las prostitutas. Tampoco ha erradicado el proxenetismo o la explotación de menores. Así que ahora le ha llegado el turno a la parte más visible del negocio, los escaparates de cuerpo entero.

Una prostituta se exhibe ante los transeúntes en un burdel del <i>distrito rojo</i> de Ámsterdam.
Una prostituta se exhibe ante los transeúntes en un burdel del distrito rojo de Ámsterdam.EFE

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