El 'violador del Vall d'Hebron' tendrá vigilancia policial en todo momento

Vigilancia policial desde el primer momento. Los Mossos d'Esquadra controlarán a partir de esta misma mañana al violador del Vall d'Hebron, que hoy queda en libertad tras cumplir más de 16 años de condena. José Rodríguez Salvador abandonará la cárcel de Quatre Camins con total discreción. La Audiencia de Barcelona desestimó ayer el tercer y último recurso del fiscal para evitar su excarcelación. Por ahora se desconoce cuál será su paradero. Su familia ha abandonado el barrio donde vive y baraja la posibilidad de trasladar a Rodríguez Salvador fuera de Cataluña.

"Una vigilancia no invasiva ni intensiva". Así definieron fuentes de la policía autonómica catalana el dispositivo que mantendrán en torno a José Rodríguez Salvador. No puede ser de otra manera, porque el Tribunal Constitucional ha dictado varias sentencias en las que autoriza esta actuación policial, siempre que no se vulneren los derechos fundamentales de un ciudadano. Como, por ejemplo, el secreto de las comunicaciones o la inviolabilidad del domicilio.

"Se trata de saber en todo momento dónde va y dónde se encuentra", reseñaron las mismas fuentes de los Mossos d'Esquadra, que actuarán así a petición de la fiscalía. Teresa Compte, la fiscal jefe de Cataluña, defendió ayer la legalidad de la vigilancia a Rodríguez Salvador. "La función de la policía es prevenir el delito y vigilar a este ciudadano encaja en ese cometido", explicó. En el mismo sentido se expresó el fiscal general del Estado, Cándido Conde-Pumpido, quien aseguró que la "vigilancia no invasiva consiste en que no se produzcan daños a terceros".

La vigilancia policial se plantea después de que los psicólogos de la prisión advirtiesen del alto riesgo de reincidencia. El control durará hasta que el Tribunal Supremo resuelva el recurso que, con toda probabilidad, presentará la fiscalía para que se aplique al violador la llamada doctrina Parot y cumpla un máximo de 20 años en la cárcel. Es decir, cuatro más de los que ha pasado. Como no se trata de una causa con preso, los plazos para resolver el recurso serán mayores y la resolución puede tardar varias semanas, incluso meses.

La 'doctrina Parot'

El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, avanzó ayer que la fiscalía ya ha recurrido ante el Tribunal Supremo, aunque en realidad no se ha producido todavía esta actuación. La Sección Quinta de la Audiencia de Barcelona todavía no ha comunicado a la fiscalía el licenciamiento definitivo de Rodríguez Salvador. Cuando se produzca, la fiscalía dispone de cinco días para anunciar el recurso ante la Audiencia de Barcelona.

El último y tercer intento del fiscal para evitar la excarcelación del violador del Vall d'Hebron fue rechazado ayer por la Audiencia de Barcelona. Los jueces vuelven a insistir en que en este caso no es de aplicación la doctrina Parot y que la fiscalía no pretende otra cosa que alargar de manera artificiosa la pena de Rodríguez Salvador. La fiscal jefe recalcó ayer que el momento para aplicar la doctrina Parot es cuando se produce el "licenciamiento" del preso y no la liquidación de la condena que se realizó hace ocho años.

La consejera de Justicia de la Generalitat catalana, Montserrat Tura, admitió ayer "no estar en condiciones" para pronunciarse sobre si se ha de aplicar o no la doctrina Parot.

El caso es que, ante su inminente salida, Rodríguez Salvador no tiene claro dónde irá a parar. Puesto que es soltero y sin hijos, su único recurso es regresar al domicilio familiar, situado en un barrio de Barcelona. Pero los padres del violador del Vall d'Hebron ya han rechazado esta posibilidad. Según explicó un allegado de la familia que ha mantenido contacto con José y Cándida -así se llaman los padres-, se han marchado de su barrio de toda la vida para evitar problemas con los vecinos. No se sabe dónde se encuentran actualmente.

Esta misma persona apuntó la posibilidad, expresada por la familia, de que Rodríguez Salvador abandone Cataluña y quede a cargo de alguna orden religiosa. En la misma línea, fuentes policiales aseguraron que, "a la mínima oportunidad, la familia intentará que salga de Cataluña".

"Por ahora no sabemos qué solución hay para él. No tiene a nadie. O sea que, si no se le encuentra una salida, de momento tendrá que venir al barrio", comentó un amigo de la familia que ayer estaba instalado en el domicilio de José y Cándida para "ayudarles en estos momentos difíciles".