'Grupetto'

Aunque no deba atribuirme ningún mérito puesto que entraba dentro de lo lógico, ya avisaba yo ayer por aquí de que hoy habría guerra. Y vaya si la ha habido. Y de la buena. Y yo me la he perdido, y fíjate que me hubiese gustado estar ahí. Lo cierto es que había una gran incompatibilidad entre mis dotes de escalador -y mis fuerzas- y el ritmo al que se ascendía el puerto de Mijares.

Allí perdí contacto con el pelotón -yo y otros muchos, por suerte-, y aunque durante unos kilómetros tuvimos referencia visual de lo que se cocía en cabeza, allí se terminó la posibilidad de disfrutar de un espectáculo del que estábamos siendo coprotagonistas. En las rampas de Mijares se oyó un bramido múltiple: "grupetto", una palabra que implica desilusión y alivio. Te quedas, no puedes, el ritmo de los demás es demasiado exigente, ésa es la frustración. Pero no te quedas solo. Así que una vez todos juntos nos dedicamos a llegar como buenamente pudimos.

Yo confieso que salí con la intención de trabajar. Denis nos necesitaba a todos. Pero las circunstancias mandaron, y la verdad es que hasta que me descolgué no tuve que trabajar apenas. Y una vez descolgado, que alguien me explique qué es lo que podía hacer. Hombre, mi apoyo moral lo tuvieron.

Pasó algo habitual en los últimos días de las grandes vueltas: curiosas confluencias de intereses. Unos ambicionan la etapa y otros buscan dar un vuelco a la general, pero hay muchos que sólo ansían quedarse como están. Sí, también es ése nuestro caso, pero estando a punto de ganar, es lógico. Hoy, por ejemplo, nada más salir se formó una escapada muy numerosa, y cuando todo indicaba que seríamos nosotros los que la anularíamos, resulta que fueron los equipos del segundo y séptimo clasificado. Pues vale.

Lo mejor fue que ya pasó, que Madrid se huele cerca, y no es que todo siga igual, sino que aún se nos ha puesto mejor. Y falta tan poco...

P. D. Y mis amigos siguen empeñados en ganar: ¡Enhorabuena, Luisito!