Triste victoria

La Vuelta volvió al clasicismo entre sonrisas y lágrimas. Nada de fugas permitidas, de ésas que dejan al pelotón mirar el paisaje pensando en lo poco que queda para el final. Los damnificados fueron dos humildes trabajadores, Jorge García y Olmos, de dos equipos humildes, Andalucía CajaSur y Relax. Se acabó el recreo porque sólo quedaban dos llegadas al sprint, la de ayer y la última de Madrid, y había suficientes equipos interesados en que el pelotón llegara unido a la meta de Talavera.

Las sonrisas le correspondieron a Bettini, que felicitó a su compañero Bennati, que le batió al sprint, dejando en tercer lugar a Petacchi. Bettini estaba feliz porque la dirección de la Vuelta le había dejado correr con el maillot de campeón del mundo sin obligarle a lucir el maillot verde de líder por puntos. Bettini, ayer alegre, no las tiene todas consigo en el próximo Mundial de Stuttgart y apura las fotografías con el maillot arco iris.

Más triste se quedó el ganador Bennati, que aspira a vencer también en Madrid. El seleccionador italiano, Franco Ballerini, le dejó fuera de la lista para la cita de la ciudad alemana, algo con lo que venía soñando todo el año. La victoria apenas enjugó sus lágrimas.