Nos vamos de 'finde'

Como me decía el otro día un compañero de pelotón, mañana -hoy cuando me lean- nos vamos de finde. O sea, de fin de semana a la sierra, como suelen hacer algunos que pueden por Madrid. Un día por la sierra de Gredos, en la etapa de Ávila, y otro por la de Guadarrama, en la etapa que terminaremos en el Alto de Abantos. Para variar y comparar paisajes. Ya sé que mañana es jueves y pasado viernes, no ando tan perdido, pero sabiendo que para muchos de nosotros la carrera termina cuando crucemos la meta de Abantos (viernes), no le falta razón a mi compañero. Por cierto, no es que nosotros no corramos el sábado y el domingo, sí que lo hacemos. Lo que pasa es que el domingo no cuenta, es el homenaje para el vencedor, y el sábado es contrarreloj individual y, al margen de los implicados en la general, pocos son los que saldrán con intención de disputarla.

Y como se suele hacer en la víspera del fin de semana, aunque a uno le toque trabajar, siempre encuentra un hueco para prepararse para lo que se avecina. Algo así hemos hecho en esta etapa. Ha salido un día tranquilo, seguramente el que más en todo lo que llevamos de Vuelta. Un día que ha servido para recuperar y preparar un fin de semana que -no me cabe ninguna duda- va a estar bastante movidito.

Para alegría de muchos, que no nuestra -por nosotros que la cosa se quede como está-, se avecina batalla. Se alegrarán sobre todo esos que se equivocan con sus apreciaciones de estos días: nadie ataca a Menchov. Algunos que parece que sólo ven la resolución de la etapa y sacan conclusiones equivocadas. El otro día por ejemplo, escapada y todo el pelotón bailando el pasodoble del Rabobank. Pero lo que estos no saben es todo lo que se ha cocido para que la escapada cuaje y el porqué de esa desidia. Si vieran las medias horarias de la primera hora de carrera (el día de Puertollano casi de 50 kilómetros hora) entenderían el porqué de nuestra mansedad una vez que la fuga buena se ha formado. No hay más, muchos hemos dejado todo por el camino, así de simple.

Pero tranquilos todos, que estos dos días por fin van a tener espectáculo. Porque si alguien quiere desbancar a Denis de lo más alto tendrá que atacarle, y las oportunidades se agotan. Y ahora mismo son dos. A ver si hay suerte y en unas horas puedo decir lo mismo, cambiando sólo el número de oportunidades, que será ya un uno, es decir la última.

Así que ahora, mientras reposo, hago repaso mental de lo que necesito para el fin de semana, que no es mucho. La maleta está casi hecha, mis piernas parecen tener buena pinta y mi cuerpo no parece muy masacrado. No pinta mal la cosa, pero veremos qué es lo que pasa en Mijares, que ahí empieza el festival. Veremos.