La policía portuguesa pierde la esperanza de encontrar el cadáver de Madeleine
El portavoz de los McCann afirma que las sospechas sobre los padres son "disparatadas"
La guerra abierta entre la policía portuguesa y la familia de Madeleine McCann vivió ayer una nueva batalla. El ya ex funcionario del Gobierno británico, Clarence Mitchell, se reincorporó a su puesto de portavoz de la familia -ahora como asesor privado- y calificó las sospechas de la policía contra los padres como "increíbles y disparatadas". Los McCann "fueron víctimas de un crimen hediondo", dijo, y afirmó que el matrimonio está deseando "volver a colaborar con la investigación". La policía, por su parte, confía en probar su tesis de que Madeleine falleció el 3 de mayo en el apartamento, pero sabe que le falta la prueba de cargo: el cadáver. "Creo que podremos probar que la niña murió esa noche", dijo a este diario una fuente de la investigación, "aunque será muy difícil, si no imposible, encontrar el cuerpo".
El Consejo Superior de la Magistratura (CSM) decidió ayer mantener el secreto sumarial del caso, y prometió estudiar con el juez instructor de Portimão, Pedro Frías, la posibilidad de hacer públicas algunas actuaciones, algo que el juez había pedido en vista de la "presión mediática" y tras la entrada en vigor, el sábado pasado, del nuevo procedimiento penal portugués, que aligera el secreto de justicia. El CSM responde que corresponde a la fiscalía decidir si informa o no sobre el caso. En este momento, los agentes portugueses redactan las cartas rogatorias que enviarán al Reino Unido para que la policía de Leicester interrogue, en presencia de agentes lusos, a los sospechosos, Kate y Gerry McCann, y los siete amigos que cenaron con ellos la noche del 3 de mayo en Portugal, según confirmó a este diario una fuente policial. La policía admite que le falta "el cuerpo del delito", pero dice que confía en ser capaz de reconstruir lo que pasó ese día en aquel apartamento. "Sin una confesión, será muy difícil encontrar el cadáver y demostrar en qué circunstancias murió la niña", afirman. La estrategia del equipo que dirige el comisario Gonçalo Amaral depende de las noticias que lleguen del laboratorio forense de Birmingham. Esas pruebas, vestigios recogidos en el apartamento y el coche de los McCann, explica la policía, "fueron sugeridas por la propia policía británica cuando la tesis del rapto llegó a un punto muerto", y ahora se consideran "cruciales".
La partida se juega en Reino Unido. The Times contó ayer que el primer ministro, Gordon Brown, ha sido "puesto al día de la investigación" por los asesores de la pareja, y que estos le informaron de que no hay pruebas de que los McCann mataran accidentalmente a su hija". Brown suspendió las conversaciones que mantenía con Gerry McCann desde mayo, cuando cambió la situación procesal, señala el diario inglés.
Ayer Clarence Mitchell afirmó que, aunque no podía dar detalles debido al sistema jurídico portugués, "hay explicaciones totalmente inocentes para todo lo que la policía haya encontrado durante sus diligencias".
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