Malas sensaciones
Antes de que alguien me diga algo confieso que no suelo ser lo que se dice culo de mal asiento. Más bien al contrario, suelo ser de los que en lo negativo siempre encuentra algo positivo. Que aunque no compense de un modo global, sirva al menos para sacar algo bueno de todo lo malo.
Me refiero a que tanto ansiaba -y necesitaba- el día de descanso, que después de disfrutarlo voy y me quejo tras haberlo tenido. Porque eso es lo que voy a hacer, lamentarme más que quejarme por las sensaciones que me ha dejado la jornada de reposo.
Porque, irónicamente, eso de darle un respiro al cuerpo sienta muy bien psíquicamente, pero a veces no tanto físicamente. Tienes al metabolismo acostumbrado a estar muy activo. Tanto como gastas, consumes, ésa es la dinámica. Pero el día de descanso el cuerpo no quiere creer que no vas a gastar, sigue a lo suyo y te pide lo mismo que los días anteriores. Pasa lo mismo con la hidratación. El músculo está acostumbrado a sudar, y para ello te pide líquidos, agua y sales minerales. Pero ese día ni sudas ni consumes energía en la misma medida.
Por eso pasa lo que pasa: que al día siguiente tomas la salida y tienes las piernas embotijadas, como se dice en el argot. Es decir, ligeramente hinchadas, algo casi imperceptible a simple vista, pero que nosotros notamos desde la primera pedalada. Piernas duras, sinónimo de dolor y malas sensaciones, que sabes que te van a acompañar durante todo el día, aunque bien es cierto que la cosa mejora conforme van pasando los kilómetros.
Eso es lo que me pasó ayer. Y no ha sido impedimento para que pudiese hacer mi trabajo ni para que estuviese a un nivel menor al habitual, no, pero sí que he tenido un día de malas sensaciones.
Por cierto, ahora es cuando algún escéptico pensará: "ya, ahora nos vienes con estas milongas de la retención de líquidos, cuando tras la Operación Puerto algo que nos ha quedado claro es que aprovecháis ese día para cambiaros la sangre. Y claro, a veces os dan reacciones raras y por eso que pasáis un mal día, si sois todos iguales". Y digo yo a quién piense así: ¿cómo sabes más que yo mismo sobre lo que hice ayer? ¿No sabes que la única diferencia entre mi sangre de ayer y de anteayer son los 20 centilitros que me robaron por la mañana los vampiros de la UCI? Sí, triste pero cierto, ya lo sé. En fin, sigan viendo el ciclismo si les apetece, no fantasmas donde no los hay.
Postdata: Hermano Duque, ¡enhorabuena, me alegro mucho por usted!
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