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Desfile de consejeros ante un desganado hemiciclo

Las Cortes Valencianas arrancaron ayer el nuevo curso parlamentario con desgana. El primer pleno comenzó en sesión vespertina con las comparecencias, las primeras, de los nuevos miembros del Ejecutivo que preside Francisco Camps. El primero en explicar sus proyectos fue el consejero de Gobernación, Serafín Castellano, que recorrió los escasos metros que separan su despacho del hemiciclo -una estrecha calle separa los dos edificios- entre dos coches de la Policía Valenciana, situados en funciones de protección de la institución en la fachada principal de las Cortes.

Al entrar en el hemiciclo, Castellano se encontró con los nuevos consejeros. Los veteranos se permitieron el lujo de no acudir con tanta premura. Y los vicepresidentes llegaron los últimos, como máxima representación en ausencia de Camps, que se peló el pleno, igual que el consejero de Medio Ambiente, José Ramón García Antón; el secretario del PP, Ricardo Costa, y la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá.

La disposición de escaños colocó en la misma fila a quienes en su día fueron referentes zaplanistas y hoy sólo comparten idéntico grado de defenestración política: los ex consejeros Miguel Peralta -con melena a lo José María Aznar-, Alicia de Miguel y Gema Amor, y el ex presidente de la Diputación de Valencia, Fernando Giner.

En las intervenciones de Castellano y del titular de Justicia y Administraciones Públicas, Fernando de Rosa, ambos dejaron bien clarito a quién le deben el cargo. El consejero de Gobernación citó 8 veces a Camps en los primeros 15 minutos de su intervención y De Rosa arrancó con mención expresa a quien le nombró. Ambos renunciaron en favor del presidente a presentar en un futuro próximo los proyectos estelares de sus departamentos.

Castellano optó por el manual del político práctico y el resumen de prensa y trufó sus anuncios en materia de incendios, seguridad y desarrollo estatutario con el argumentario de que el Gobierno socialista es una plaga para los valencianos. Aunque no remató la jugada sobre el tipo de Policía Autonómica que desea, pero que en todo caso será compatible con la construcción de comisarías y cuarteles de la Guardia Civil por parte de la Generalitat. La réplica socialista corrió a cargo de la joven pero veterana diputada Mercedes Sanchordi, que resumió su intervención en un "menos ruido y más nueces", mientras el secretario general del PSPV, Joan Ignasi Pla, permanecía en un hemiciclo de vivos con cara de difunto.

Aunque tampoco hubo muchas alegrías en el grupo de Compromís, donde Glòria Marcos, Enric Morera y Mònica Oltra jugaron nada más entrar en el hemiciclo al enemigo invisible. Eso sí, Morera se estrenó y cumplió en su alocución, con guiño y todo a Joan Ribó, ex portavoz del grupo parlamentario y hoy enemigo político de Marcos.

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