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Crónica:Motociclismo | Gran Premio de Portugal
Crónica
Texto informativo con interpretación

La maravilla de Bautista

El talaverano se impone en 250cc a Dovizioso y Lorenzo tras ejecutar una remontada espectacular

Oriol Puigdemont

La picardía que destila la mirada de Álvaro Bautista es la misma que el talaverano depura al auparse a su moto. Y, claro está, cuando el desparpajo va encadenado a una habilidad privilegiada para ponerse a los mandos, la ecuación acaba por resultar una delicia. La maravilla que Bautista dibujó ayer en el circuito de Estoril, donde se apuntó su segunda victoria de la temporada tras completar su mejor carrera desde que compite en la categoría de los 250cc.

El vigente campeón mundial de los 125cc está en su primer año en la cilindrada intermedia. Esa circunstancia le libera de presión al plantearse ciertas maniobras durante las carreras. Como novato que es, se le permiten algunas licencias. Aunque su adaptación al nuevo entorno puede darse por hecha, Bati aún debe fajarse en más peleas para tomar el pulso definitivamente a la categoría. En Portugal asistió a una clase acelerada y ya comienza a hacerse una idea de lo que es el dos y medio. Atravesó por multitud de situaciones comprometidas y todas las supo capear divinamente.

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Tras arrancar de forma calamitosa -salió el sexto, perdió muchas posiciones y pasó por la meta el duodécimo tras la primera vuelta- el de Aprilia templó su pulso y comenzó a sortear a todo aquél que se fue encontrando por medio. A medida que engullía metros de asfalto, la dificultad de los adelantamientos creció. Así, cuando consiguió fijar su velocidad de crucero (sexta vuelta), ya circulaba el sexto, embutido en un grupo de seis corredores que trataban de impedir la espantada de Andrea Dovizioso y Jorge Lorenzo, que habían salido enchufados nada más apagarse las luces y rodaban escapados a casi tres segundos. Metido en faena, Bautista firmó tres vueltas rápidas consecutivas, abandonó a Héctor Barberá y a Hiroshi Aoyama (octava vuelta) y se colocó el tercero. Y tan pancho. Hasta ese momento, cada vez que se encontró detrás, superó sin mayores apuros a su compañero de fiesta.

El panorama debía cambiar cuando llegara a la altura de los dos primeros, mucho más rápidos que el resto. Sin embargo, la historia se repitió y Bautista les rebasó como lo habría hecho con dos aficionados. Primero, a Lorenzo (16ª vuelta 16), a quien pasó por velocidad, en plena recta y como un obús. Y luego, a Dovizioso ya en la frenada anterior a la chicane de la parte posterior del circuito. Así, tan fácil como se lo puso su moto.

Ocurre que, a diferencia de la mayoría de los pilotos que conducen una Aprilia de 250cc, Bautista ya sale a la pista con el prototipo que disputará el Mundial de la próxima temporada, la moto que ha desarrollado Álex Debón y con la que el valenciano se ha hartado de dar vueltas a los trazados de media España e Italia. Como ayer quedó cristalinamente claro, la moto va como un tiro y Bati se ha hecho a ella a las mil maravillas.

Todas las maniobras que probó le brillaron de forma natural, nada forzadas, porque, encima de ella, circula cómodo y tranquilo. Para él, ésta es una temporada de trámite, lo que supone algo así como un salvoconducto que le permite arriesgarse. Ya tendrá tiempo de echar el freno la próxima temporada, cuando será el buque insignia de Aprilia una vez que Lorenzo dé el salto a la MotoGP, la categoría estelar.

Ayer, el campeón, Lorenzo, sufrió como no lo ha hecho en ninguna carrera. Para más inri, sus dolores de cabeza se concentraron en la potencia que rindió su moto. Hasta ayer, este componente era uno de sus puntos fuertes. Tan mal le fue a Giorgio que ni siquiera pudo engancharse a Dovizioso cuando Bati se puso al mando. A partir de que se vio en cabeza, Bautista rubricó su obra de arte, realizó las dos vueltas más rápidas de la carrera cuando los neumáticos de su moto estaban ya hechos trizas, dejó a su compañero de viaje clavado y cruzó la meta cinco segundos antes que él. Lorenzo entró el tercero y el próximo domingo, en Japón, podría proclamarse bicampeón mundial. Para ello, eso sí, deberá ganar en Motegi y que Dovizioso no termine entre los 14 primeros.

Bautista celebra su victoria. Tras él, Jorge Lorenzo le aplaude.
Bautista celebra su victoria. Tras él, Jorge Lorenzo le aplaude.EFE

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