Elogio del desayuno
¿Cómo se despiertan los españoles? Esta semana se ha dado respuesta científica a tamaña indiscreción. Es un informe de la consultora Ad Hoc para la multinacional Philips. Participan en la encuesta 1.800 personas del territorio nacional. Por lo que respecta a Madrid, conclusiones sorprendentes. Mientras que las mujeres se desperezan con café y tostadas, los hombres, sin salir de la cama, prefieren desayunar carne pura y dura, sexo matinal. Los canarios son del mismo parecer, según el estudio: fuego en el corazón para empezar la jornada. Chotis y folía van de lo mismo.
No sé si en Canarias, pero en Madrid, por la mañana, la gente va por la calle con cara de pocos amigos y gesto esquivo. No está el horno para bollos a esas horas, cosa difícil de entender en gente ahíta de zumos y lujuria, o ambas cosas. A lo mejor, Madrid es una capital de frustrados donde no desayunan como es debido ni ellos ni ellas; o que los encuestados mienten como bellacos y deliran con utopías. A los turistas se les hace la boca agua, pero que no se lleven a engaño ni aquí ni en Tenerife. Sólo hay milagros de vez en cuando. Y a quien Dios se la dé, que san Pedro se la bendiga.
El citado estudio pone a Madrid en el último lugar de España donde los ciudadanos disfrutan de la siesta: sólo un 14%. Sin embargo, otra encuesta del pasado junio encargada por Natuzzi, empresa italiana fabricante de sillones, indica que a ocho de cada 10 madrileños les gusta sexear en la siesta. Si nos fiamos de las encuestas, ni en Las Palmas se lleva una vida adecuada a las costumbres más patrióticas de la ciudadanía. Melancolía.
A lo mejor, Madrid es melancólico y azul. Hoy se despide en el teatro Calderón el espectáculo Soulería, donde el cantaor Pitingo, el guitarrista Juan Carmona y el productor Alejo Stivel dan una lección magistral de mestizaje, se alían con la bulería y el gospel. Con una velada así no hace falta pensar en otras cosas, sólo en la belleza y las osadías con fundamento.
Al margen de lo que le digan las encuestas y las guías turísticas, si viene usted a Madrid intente por todos medios desayunar con Pitingo y la fusión en alguna taberna flamenca. Muy fuerte.
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