Cucharas, tenedores y cuchillos al estilo Mariscal

Desde mañana EL PAÍS ofrece a sus lectores una cubertería exclusiva diseñada por Javier Mariscal, (Valencia, 1950). Una cubertería completa que se complementa con 10 utensilios para servir la mesa, todo ello diseñado por el artista valenciano. Las entregas de cubiertos se realizarán en estuches de dos unidades, igualmente diseñados por Mariscal y los utensilios en estuche individual. La primera entrega podrá conseguirse mañana por sólo un euro al comprar EL PAÍS

Funcionalidad, diversión, utilidad... son algunos de los adjetivos que busca Javier Mariscal para definir lo que debe tener un diseño, pero cuando se le pregunta con qué se queda de todo lo que ha hecho en su vida responde: "con los niños". A sus hijos los tiene siempre en los labios. Para ellos inventa historias, imagina personajes, imita acentos. Y él mismo parece un niño grande, divertido, imaginativo..., pero no lo es, aunque asegura sentirse orgulloso de haber conservado intactos desde que lo era sus principales valores.

Mientras habla sostiene algunos dibujos y prototipos de los cubiertos que ha diseñado para EL PAÍS. Asimétricos, inestables, pero funcionales. Los alinea sobre unos folios en blanco y juguetea con ellos. Una de sus últimas creaciones que pronto estará en la mesa de los lectores de EL PAÍS.

La primera entrega de dos cubiertos (cuchara mesa más tenedor mesa) se podrá conseguir el domingo por tan solo 1 euro al comprar EL PAÍS. Y el resto de entregas de la colección se venderá a 2,95 euros, con la siguiente mecánica: cada lunes miércoles y sábado aparecerá un cupón que servirá para conseguir las dos piezas comprando el diario del día siguiente. Además, cada viernes se publicará un cupón comodín válido para sustituir a cualquiera de los cupones del lunes, miércoles y sábado de la semana siguiente.

"Cuando más me gusta mi trabajo es cuando tiene un componente más social. Es entonces cuando, asegura, le sale "la vena más Manu Chao". Hay muchos lugares en el mundo con recursos muy pobres y que están muy aislados según Mariscal. "Me encantaría hacer un proyecto por medio de la ONU, el Gobierno, una ONG o cualquier institución. Una especie de camioncito donde montásemos una potabilizadora de agua, una central de energía solar y un sistema de acceso a Internet... O diseñar casas para gente que no tenga muchos recursos". Lo que no le gustaría nada es trabajar con una de esas grandes multinacionales que, según dice, "trafican con la alimentación y con la salud de las personas". "Hace poco llamó una y ni siquiera me puse al teléfono". Aunque destaca que en el fondo tienen suerte: "con la pinta que tenemos muchos ni siquiera se atreven a acercarse".