La policía detiene a diez 'narcookupas' que distribuían droga por los locales antisistema
El cabecilla, al que se le incautaron pistolas, machetes y 'sprays' de gas, se resistió al arresto
La Policía Nacional detuvo ayer a 10 personas, inmersas y simpatizantes de los colectivos okupas y antisistema de Madrid, dedicadas al tráfico de drogas estupefacientes y psicotrópicas. En la vivienda okupada del presunto cabecilla, Guillermo R. L., de 30 años, los agentes encontraron una pistola, un revólver, navajas, puñales, machetes, spray de gas paralizante, estrellas ninja (artilugio de artes marciales cuyas puntas son cuchillas) y un chaleco antibalas, según informó la policía. También se hallaron 145.000 euros y 1.232 dólares estadounidenses. Aparte, el alijo propiamente dicho: 4,5 kilos de hachís, 860 gramos de anfetaminas, 385 de cristal (MDMA) y seis gramos de speed. Además, 10 plantas de marihuana, LSD y hongos alucinógenos. Todas las drogas estaban listas para su distribución.
"Eso no ha podido pasar en un centro así. No tienen relación con nosotros", dice una líder
"No eran dos pequeños traficantes, no eran unos gualdrapillas", subraya un portavoz de los agentes, que hace un retrato de los detenidos idéntico al de cualquier banda de narcotraficantes. Con dos excepciones: entre lo incautado hay gran cantidad de propaganda de los movimientos okupas y los lugares donde se distribuía el "material" eran los bares y establecimientos frecuentados por los jóvenes antisistema. Cuatro de los detenidos "estaban totalmente en el tema okupa y hacían reuniones en una casa tomada en la calle del Perpetuo Socorro", explican fuentes del caso. Sus tenderetes de distribución se circunscribían a los bares, fiestas y locales de reunión de estos grupos. Además, repartían a pequeños traficantes.
Varios cabecillas de los colectivos antisistema mostraron su asombro ante la noticia. "Eso no ha podido pasar en un centro okupado. Esa gente no tiene ninguna relación con nosotros", explicaba Alba, una activista que expresaba su desagrado anticipado ante "el tratamiento sensacionalista que se va a hacer de esta noticia para criminalizarnos". En su opinión, los detenidos, "en todo caso", pertenecerían a la okupación "no política". Negó que en los centros okupados se distribuyan estupefacientes. No, al menos, de manera organizada.
Los agentes de la Brigada de Estupefacientes seguían a los detenidos desde principios de agosto. "Estas cosas llevan su vigilancia y si en el informe pone que se movían en esos ambientes, es que está más que comprobado", zanja un portavoz policial. La pista inicial fue, tras percibir una "transacción ilegal", localizar en el fondo de una furgoneta un compartimiento estanco para guardar las sustancias estupefacientes.
Los arrestados (siete hombres y tres mujeres), con edades entre los 39 y los 23 años, vivían en tres viviendas en los distritos de Carabanchel, Puente de Vallecas y Arganzuela. El presunto líder, Guillermo R. L., ofreció mucha resistencia en el momento de su detención. Los agentes derribaron la puerta de su casa para arrestarle.
Los detenidos guardaban también en las viviendas registradas utensilios empleados para la manipulación, dosificación, envasado y distribución de sustancias estupefacientes y psicotrópicas con las que presuntamente traficaban, así como material electrónico, audiovisual, teléfonos móviles y propaganda de diversas formas del movimiento okupa, según la policía.
Por otra parte, ayer también concluyó la Operación Bailarina, de la Policía Municipal de Madrid, en colaboración con efectivos de la Policía Judicial del Cuerpo Nacional de Policía, que se cerró con cinco personas detenidas acusadas de vender y traficar con diversas sustancias estupefacientes, especialmente éxtasis líquido y cocaína, en varias discotecas de la capital.
Se han recuperado 770 pastillas de éxtasis líquido, 11 bolsas de 5,5 gramos de cocaína cada una, seis bolsitas de tres gramos de cristal, cuatro bolsitas de 2,5 gramos de ketamina, medio bote de popper y 908 euros en efectivo. Los cinco arrestados ya han pasado a disposición de la autoridad judicial.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.