El soterramiento de la línea de alta tensión de Collserola lleva una década en espera
Fecsa-Endesa tiene que derribar las torres que alimentan la subestación de Collblanc
El 23 de julio pasado un cable de la línea de Collserola de Fecsa-Endesa cayó de una de las torres de alta tensión sobre la subestación de Collblanc, origen del apagón que afectó a 350.000 abonados. Esa torre es la última del tendido que se extiende a lo largo de 1,5 kilómetros desde Sant Pere Màrtir hasta Collblanc. Son 18 torres de alta tensión cuyo soterramiento está previsto hace más de una década, desde que Fecsa planteó un proyecto urbanístico a caballo entre Esplugues y L'Hospitalet. El plan fue aprobado de forma definitiva en 2005 por la Generalitat.
Las torres de alta tensión recorren parte del corredor de Collserola y son bien visibles desde la salida sur de Barcelona. Parte de ellas discurren por el municipio de Esplugues de Llobregat, en el barrio de Finestrelles, hasta llegar a la A-2, y continúan al otro lado del vial, en el que comparten terreno entre Esplugues y L'Hospitalet.
Esas torres tienen que ser soterradas. Así está previsto desde junio de 1991, cuando Fecsa -propietaria de la mayor parte de esa zona a través de la sociedad Caufec, formada por la eléctrica y por la promotora francesa Cauval- hizo la primera propuesta al Ayuntamiento de Esplugues de un proyecto urbanístico para unas 40 hectáreas de terreno, un amplio margen que rodea el tendido eléctrico a uno y otro lado de la autopista. Eran -y siguen siendo todavía en su mayor parte- masa forestal y, según el Plan General Metropolitano, superficie reservada para espacios libres, servicios técnicos y equipamientos metropolitanos.
La contrapartida que ofrecía Caufec a cambio de una recalificación de terrenos que le permitiría levantar pisos, oficinas y equipamientos era soterrar las líneas de alta tensión y, consecuentemente, el derribo de las 18 torres de alta tensión.
Aquella primera propuesta entró en discusión y fue desestimada por la Dirección General de Urbanismo de la Generalitat, previos dictámenes negativos de la comisión jurídica asesora por varios motivos de peso: desde exceder el ámbito municipal de Esplugues hasta afectar a terrenos del parque de Collserola y la pérdida de importantes zonas verdes. Finalmente, en marzo de 2001, se aprobó un primer proyecto por el que 240.000 metros cuadrados se distribuirían en techo para viviendas, oficinas, un hotel y un gran centro comercial.
El entonces llamado plan Caufec originó la movilización de los vecinos de la zona, especialmente los del barrio de Finestrelles, de Esplugues, que se encarama por las calles que suben tras el hospital de Sant Joan de Déu. Más tarde surgieron plataformas que en varias ocasiones han mostrado su rechazo al proyecto por considerar que sólo beneficiaba a los promotores. "El soterramiento de la línea de alta tensión fue una simple excusa para promover el plan", coinciden en señalar representantes de la plataforma y de la Asociación de Vecinos de Finestrelles, que han planteado a los tribunales varias demandas en lo contencioso. No han prosperado, aunque alguna de ellas sigue viva.
Aquel plan, aprobado por el Gobierno de Convergència i Unió (CiU), sin embargo, no fue el definitivo porque la inmobiliaria Sacresa (grupo Sanahuja) adquirió la propiedad posteriormente. Con ella, asumió el proyecto y, por tanto, el compromiso de soterrar las líneas de alta tensión, una operación que seguía asumiendo Caufec.
Tras el cambio de propiedad se reformuló el proyecto, que finalmente aprobó el Departamento de Política Territorial de la Generalitat en 2005, ya con la Administración del tripartito. De paso, se le cambió el nombre y de plan Caufec pasó a denominarse plan Porta Barcelona. En síntesis, en esa zona -en la que ahora perviven algunas huertas y son frecuentadas por paseantes ya jubilados- se levantarán 700 viviendas, un centro comercial, un hotel y dos torres de oficinas. Parte de las viviendas unifamiliares se alzarán en el lado norte, junto al actual barrio de Finestrelles, y la volumetría de más densidad se agrupará en la vertiente sur del plan, por debajo de la autopista.
Eso es lo que describe el plan finalmente aprobado, que también precisa la obligación por parte de Caufec del soterramiento de las líneas de alta tensión. "La urbanización del sector se realizará conjuntamente con el soterramiento de las líneas de alta tensión", señala. Como también precisa que a esa sociedad se le adjudican 90.000 metros cuadrados de techo como aprovechamiento derivado del soterramiento de las líneas de Fecsa.
Mientras, ya se ha empezado a allanar la parte sur del territorio -por debajo de la A-2- y ya se ha realizado la parcelación futura del territorio que se urbanizará; no hay fecha determinada para iniciar el desmontaje de las torres de alta tensión de Fecsa.
Pendiente de un "convenio"
Un portavoz de la eléctrica manifestó a preguntas de este periódico que eso depende de un "convenio" que está pendiente de cerrar con Caufec. El mismo portavoz se apresuró a negar que pueda establecerse ningún tipo de relación entre el accidente que causó el apagón y el hecho de que no se haya realizado todavía el soterramiento de la línea.
Caufec, al ser preguntada por este periódico sobre los planes de soterramiento, remitió, a su vez, a la promotora Sacresa. Esa inmobiliaria no contestó al ser cuestionada por los plazos de ejecución del proyecto y la previsión de desmontaje de las torres de alta tensión.
Tampoco la Administración catalana sabe cuándo serán sustituidas las torres. El Departamento de Política Territorial precisó que se trata de un convenio entre privados. Algo parecido apuntaron en Economía. Un portavoz de ese departamento añadió que la Dirección General de Energía y Minas de la Generalitat recibió a principios de este verano una petición de autorización por parte de Fecsa para soterrar la línea y que se estaba tramitando.
Para Enric Giner, primer teniente de alcalde de Esplugues, municipio por el que transcurren la mayor parte de las torres y que experimentará un cambio notable con el plan, aquéllas desaparecerán en unos tres años: "No son sólo las torres, también hay que construir la subestación nueva de Collblanc. Son dos cosas que van ligadas y se están acabando de negociar".
Sin luz al pie de la torre
Una de las instalaciones que se verán afectadas por el plan urbanístico Porta de Barcelona son las que ocupa el club de fútbol Pubilla Casas, de L'Hospitalet de Llobregat. Se trata de un terreno deportivo que está a dos pasos de una de las torres de alta tensión de la línea de Fecsa de Collserola que se derribará cuando se ejecute el citado plan, y muy cerda de la subestación donde se produjo el accidente en julio pasado.
Rosalía, la encargada de las instalaciones, dice que la proximidad de la torre, sin embargo, no deja de hacerle cierta gracia: "Aquí no podemos poner en marcha todo a la vez porque saltan los plomos. Si encendemos las luces del campo, tenemos que desconectar electrodomésticos. Si queremos poner las lavadoras tenemos que desenchufar la luz que alimenta otras instalaciones. Y eso que las tenemos ahí mismo. Así que, que no me hablen del apagón de julio porque eso aquí ha pasado siempre. Para que luego vengan los de las compañías y digan que todo está bien....".
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