No se sabía la letra y estuvo a punto de caerse

Era uno de los regresos a los escenarios más esperados. E impactó. Vaya que impactó. Quizá más que si todo hubiera salido como se esperaba. Pero lo que ocurrió dejó a los espectadores con la boca abierta y las cejas levantadas.

Britney Spears abría los premios anuales MTV desde un casino de Las Vegas el pasado domingo. No estaba presente en los galardones desde 2003, cuando selló su actuación con un lésbico beso con Madonna. Pero esta vez no hubo besos. Ni glamour. Lo primero que vio América de Britney Spears fueron unas extensiones rubias mal puestas sobre unas raíces negras. Y sólo era el principio del desastre que puso en escena la cantante de Misisipi.

Vestida con un biquini negro con purpurina incrustada y unas botas altas, Britney Spears no protagonizó un retorno fulgurante, sino lo que las revistas del corazón ya comienzan a calificar de "retirada forzosa". Su boca era incapaz de coincidir con el play back. No sabía dónde mirar. No se sentía cómoda en los altísimos tacones. Su tipo no era el más adecuado para lucir un sucedáneo de ropa interior; de hecho, le sobresalía tripita por encima del mínimo short. Iba perdiendo las uñas postizas en directo. Y a punto estuvo de besar el suelo tres veces. Tras cuatro minutos masacrando su nuevo single, Gimme more (Dame más), nadie se sentía con ganas de un bis. El omnipresente bloguero Pérez Hilton lo decía muy claro ayer: "Nos sentimos insultados, ofendidos y disgustados". Y añade: "Lo que ha hecho es una falta de respeto para los pocos fans que le quedan. Y para la MTV".

Britney, según decían ayer las revistas del corazón, casi se cayó (otra vez) cuando se marchaba corriendo del escenario. Luego, se echó a llorar. "Estaba devastada. Estaba muy nerviosa y sabe que la fastidió", comentaba un amigo de la cantante a la revista US Weekly.